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Diez años de prisión para los padres de una bebé que grabaron un vídeo porno con ella

Durante el examen médico, se le detectó a la pequeña, de tres meses, una intoxicación por cocaína

Un agente de policía analiza archivos de un portátil.
Un agente de policía analiza archivos de un portátil.

Los padres de la bebé detenidos en agosto de 2017 en Valladolid por abusar de su bebé, de tres meses, y utilizarla para grabar un vídeo pornográfico, han ratificado este lunes el acuerdo por el que son condenados a 10 años y un día de prisión cada uno, en lugar de los 14 que pedía inicialmente la Fiscalía. Los hechos se descubrieron por un cruce de denuncias entre los progenitores en su pelea por la custodia de la pequeña, a la que se detectó además una intoxicación por cocaína durante un examen médico.

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Conforme a lo previsto, el juicio se ha celebrado a puerta cerrada, aunque simplemente ha consistido en las comparecencias de los dos agentes de la Policía Nacional que intervinieron en la detención de la pareja y en el testimonio de otro, perteneciente a la Brigada de Policía Científica, que procedió al volcado del material del teléfono móvil del acusado, para ratificar sus respectivos informes, según fuentes jurídicas.

La vista ha concluido después de que los dos acusados ratificaran la sentencia de conformidad pactada con la Fiscalía por un delito de abusos sexuales en concurso medial con otro de utilización de la menor para la elaboración de material pornográfico. Además, el padre y la madre asumen 13 años de alejamiento de la niña con imposibilidad de comunicar con ella, así como la inhabilitación durante 15 años para ejercer profesión u oficio que implique el contacto con menores, la pérdida de la patria potestad de la pequeña y cinco años de libertad vigilada y la participación en programas de educación sexual. También deberán pagar, de forma conjunta y solidaria, 20.000 euros en favor de la víctima por daños morales.

La investigación de los hechos corrió a cargo del Juzgado de Instrucción número 1 de Valladolid, que tras casi medio año demostró la connivencia de ambos en la grabación del vídeo sexual que el padre, D.V.C, de 32 años, trató de usar en contra de la madre, N.R.G, de 25, en la disputa por la custodia de la bebé tras su separación y que acabó convirtiéndose en la prueba clave contra ambos.

El varón, cocinero de profesión, acudió a una comisaría para presentar una denuncia contra su esposa, y adjuntó un vídeo de contenido sexual en el que salían su mujer y su hija. La prueba le fue requerida por los agentes. En ese momento, el denunciante se percató de las repercusiones de su denuncia e intentó, sin éxito, retirarla. Pocos días después fue detenida la madre, que acusó a su expareja no solo de haberla obligado a grabar ese vídeo, sino también de hacerlo por miedo a que la maltratase. Acto seguido, él también fue detenido. La expareja ingresó en prisión el 11 de agosto de 2017, pese a que en el examen médico de la bebé no se detectaron signos de agresiones sexuales, pero sí una intoxicación fortuita por cocaína.

Sin embargo, con la prueba del vídeo, el juez les ha mantenido en prisión preventiva hasta la fecha. Los dos acusados, que el día de autos se encontraban ya separados y vivían en domicilios distintos, estarían implicados en las imágenes, que emitió la mujer por videoconferencia desde su piso mientras realizaba tocamientos a la niña para que el padre, en su casa, satisficiera sus deseos sexuales. El progenitor grabó las imágenes en su móvil, precisamente la prueba que ha resultado crucial para la incriminación de la pareja.

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