Todo lo que puedes aprender de música fuera del conservatorio
Los grados musicales acaban de desembarcar en la Universidad y ofrecen, como los conservatorios, la oportunidad de ampliar la formación con otros estudios
El Plan Bolonia que entró en vigor en 2007 supuso el desembarco de la música en la Universidad. Los estudios en interpretación musical adquirieron la categoría de grado. Desde entonces los estudiantes pueden graduarse, tras cuatro años de formación, por ejemplo, como cantante profesional, percusionista o como pianista de jazz, con conocimientos en pop y gospel, dentro del grado en Interpretación- Música moderna. Y después puede obtener el título de máster en Dirección de Orquesta para conocer a fondo la labor de esa figura esencial en cualquier concierto o espectáculo musical.
Este modelo de estudios, poco habitual en España, es común en otros países europeos y en Estados Unidos. "El objetivo es reconocer al músico como estudiante universitario, al nivel de un médico o un abogado", afirma Paco Santiago, jefe de estudios de la Facultad de Música de la Universidad Alfonso X el Sabio, situada en Madrid. "Es una reivindicación de muchos músicos", añade. Esta universidad privada es la única en España que cuenta con una facultad dedicada exclusivamente al arte sonoro. Allí se imparten los grados de Interpretación en Música Clásica y Música Moderna.
En estas carreras la ejecución del instrumento es la prioridad, por eso las clases prácticas predominan sobre las teóricas. También las individuales frente a las colectivas durante el programa de cuatro años. Los alumnos también aprenden inglés y alemán y deben aprobar Comunicación Profesional, una asignatura centrada en la empleabilidad, común a todos los grados de la Universidad Alfonso X el Sabio, que ofrece las claves para desenvolverse con solvencia en la profesión. "Les enseñamos a elaborar un currículum o a buscar un representante, entre otras cosas", agrega Santiago. Para acceder a ambos grados, a diferencia del resto de carreras cuyas exigencias se adaptan al Bachillerato realizado, es necesario contar con conocimientos previos. "Se realiza una prueba de análisis musical y lectura a primera vista", explica Santiago.
“Normalmente los aspirantes llegan con el título superior del conservatorio o con el profesional [equivalente a lo que se conoce como grado medio]”, continua Santiago. Los que aún no han alcanzado el nivel tienen la posibilidad de matricularse en el Centro de Alto Rendimiento Musical (CARM) de la Universidad y recibir clases hasta alcanzarlo.
Salidas laborales
Los títulos de interpretación tienen las mismas ventajas que cualquier otro. Funcionan mediante créditos y, una vez superados, permiten al estudiante acceder a otros estudios de grado, de máster e, incluso, el doctorado. Los titulados, además, cuentan con las mismas oportunidades laborales que los que obtienen el título a través del Conservatorio. "Estos grados sirven para opositar a cualquier orquesta pública como la OCNE, la de RTVE o la de la Comunidad de Madrid. También en cualquier país de Europa, donde piden el grado, que ya lo tendrías", explica Santiago.
La carrera de Humanidades con menos paro
Ciencias e Historia de la Música es el único grado de Humanidades que aparece entre las carreras con mayores posibilidades de empleo, según la encuesta sobre inserción laboral de universitarios del Instituto Nacional de Estadística (INE) publicada en 2016. Su tasa de empleo es del 90,7%. Más cerca de las de cualquier ingeniería que de las de otras titulaciones de su rama, como Historia, que tan solo llega al 38,1%.
Su juventud —se empezó a impartir en 1984—, las pocas facultades en las que se puede estudiar —no más de una decena— y los grupos reducidos en los que se imparte, son los factores responsables de este alto índice de colocación. Parece que el mercado puede absorber a los profesionales que cada año se gradúan. El 78% de ellos se dedica a la enseñanza, el 4% a la investigación mediante becas; el 2,5% a la gestión cultural y el 1,6% se consagra como documentalista, de acuerdo con el Libro Blanco de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) en 2005.
El objetivo de este grado no es aprender a tocar instrumentos sino obtener las herramientas para analizar y profundizar en el estudio de los autores o la relación de la música con otras disciplinas como la sociología o la física.
Este grado se imparte tanto en centros públicos como privados. Tanto presencial, como a distancia. La Universidad Alfonso X el Sabio ofrece los estudios en esta segunda modalidad a través de su plataforma Open UAX.
La interpretación no es la única salida para los graduados. "Hay quien decide dedicarse a la docencia, otra de las ocupaciones más habituales", apunta Andrés Salado, director musical y profesor en los grados de Interpretación y uno de los coordinadores del máster de Dirección de Orquesta. "También pueden enfocar su carrera hacia la gestión cultural, a través de un máster, para administrar alguna institución musical", agrega este músico de 36 años, jurado en la primera edición del talent show de Televisión Española Prodigios.
Además del máster en Dirección de Orquesta, la Facultad de Música de la Universidad Alfonso X el Sabio cuenta con un máster en Composición Musical Cinematográfica y otro en Interpretación Musical e Investigación Perfomativa, orientado a la preparación del doctorado en el análisis de la ejecución musical y la sociedad. Todos ellos, al igual que los grados, son impartidos por profesionales en activo con título superior. "Nuestro objetivo es acercarnos a un modelo similar al de conservatorios de prestigio como la escuela Reina Sofía de Madrid en el que músicos profesionales compaginan sus carreras con la labor docente", apunta Salado. Así, asegura, los alumnos pueden incorporar, a través de sus profesores, lo que demanda el mercado en cada momento.
Esta noticia, patrocinada por la Universidad Alfonso X el Sabio, ha sido elaborada por un colaborador.