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El 75% de adolescentes carece de formación crítica para navegar por Internet

Los jóvenes entre 14 y 16 años perciben un escaso apoyo por parte de sus padres y docentes en sus actividades en la red

Isabel Rubio
Unas jóvenes con sus teléfonos móviles.
Unas jóvenes con sus teléfonos móviles.Getty Images

En un mundo en el que los bulos y las noticias falsas se difunden a diario por Internet, enseñar a los jóvenes a cuestionarse si una información es verdadera es un reto fundamental para la sociedad. Pero por el momento, los docentes están perdiendo la batalla. Solo el 22,5% de adolescentes españoles de 14 a 16 años afirma haber recibido formación sobre el desarrollo de pensamiento crítico para valorar la información en Internet, según un estudio presentado este martes en Madrid por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), Google y BBVA.

Los resultados de la investigación Las TIC y su influencia en la socialización de adolescentes se han obtenido a través de 1.624 entrevistas por ordenador a jóvenes españoles de 14 a 16 años en centros educativos, cuatro grupos focales y ocho entrevistas individuales. Cerca del 90% de los adolescentes dispone de 2 a 5 dispositivos digitales personales y el 83,6% reconoce un uso muy habitual del móvil. Los jóvenes usan sus smartphones, ordenadores y tabletas para diversas actividades en la red. Por ejemplo, escuchar música (75,6%), buscar información (41,6%), navegar (48,3%) y relacionarse con otras personas o jugar a videojuegos online (37,6%).

Los adolescentes son autodidactas y afirman tener un amplio manejo de las competencias digitales. El 83% indica que tiene bastante o mucha más habilidad que sus padres y el 59,8%, que sus docentes. El estudio, que se ha realizado en el marco del proyecto Conectados, revela que en los centros educativos sobre todo se enseña a los adolescentes habilidades digitales relacionadas con la edición de texto. Mientras que un 76,7% de los alumnos afirma haber recibido formación sobre la creación de presentaciones en programas como Prezi o Power Point, solo un 30,5% ha aprendido cómo proteger sus datos personales en Internet y menos de un 25% ha aprendido a mirar la pantalla con pensamiento crítico.

“Los colegios concertados y privados están trabajando un poco más en esta última área, pero el sistema público no está trabajando lo suficiente”, explica Eulalia Alemany, directora técnica de la FAD. Adrián Fornas, un alumno de 15 años que cursa 4º de la ESO en el instituto Juan de la Cierva de Madrid, afirma que él no ha recibido formación sobre fake news ni redes sociales: “En vez de hablar de eso, en TIC nos enseñan muy por encima los componentes de un ordenador o los tipos de software”.

La FAD prevé crear un observatorio de tecnología para adolescentes

La FAD, Google y BBVA pretenden poner en marcha próximamente un observatorio de tecnología para adolescentes, según ha anunciado este martes la directora general de la organización, Beatriz Martín. El organismo contará con profesionales del ámbito de la tecnología y sociólogos, que se encargarán de encuestar a los menores e investigar sobre diferentes temáticas. “El observatorio no tiene la intención de monitorizar los usos y el número de dispositivos de los menores. Lo que se quiere es profundizar en las percepciones de los adolescentes”, cuenta Eulalia Alemany, directora técnica de la FAD. El objetivo final es que los datos del observatorio sean útiles para orientar políticas públicas sobre educación.

En cambio, su compañera Manuela Umbría, de la misma edad, sí que ha aprendido algo al respecto en Valores Éticos, una asignatura optativa que no cursan todos los alumnos. “Hay fake news por todas partes. Cuando ves investigaciones que dicen que un alimento es cancerígeno o bueno para la salud, tienes que ver quién ha financiado ese proyecto”, afirma. Para detectar las noticias falsas, ella navega en Internet, visita varias webs diferentes y busca quién apoya esos proyectos.

Para la ministra de Educación, Isabel Celáa, es importante “potenciar la educación en valores para hacer un buen uso de las infinitas posibilidades de Internet y las redes sociales”: “Es la forma de evitar problemas de atención, de adicciones a internet, de desinformación, de autoestima y reputación online e incluso consecuencias en la salud”. En la misma línea se ha manifestado Alemany, que sostiene que en una sociedad es fundamental el desarrollo del pensamiento crítico. “Las fake news no solamente afectan a los adolescentes. Muchas veces el pensamiento crítico no se está dando ni en los adultos. ¿Cómo podemos pretender que se dé en los adolescentes? Es una hipocresía por nuestra parte”, afirma.

Escaso apoyo de los docentes

A la falta de formación se suma el hecho de que los adolescentes perciben un escaso apoyo por parte de sus docentes y progenitores en general en sus actividades en Internet. “Los adolescentes se enfrentan a esta complejidad digital con poco apoyo de padres y docentes. Consideramos que son nativos digitales y nacen con todas las competencias necesarias, pero se encuentran con un montón de situaciones difíciles y normalmente acuden a sus amigos en vez de a padres y profesores”, ha afirmado la directora general de la FAD, Beatriz Martín.

Umbría considera que los padres y docentes deberían generar confianza con los menores en vez de supervisar sus redes sociales. “Así si ese chico tiene un problema en su red social, alguien le hace un mal comentario y se siente mal o le eliminan la cuenta, puede tener la confianza de contárselo a un adulto. Es decir, que no estén encima, sino que el chaval recurra a ellos”.

Nueve de cada 10 adolescentes afirma tener un perfil propio en redes sociales. Usan sus cuentas fundamentalmente para sentirse integrados en el grupo. Prefieren Instagram para publicar y ser vistos y Youtube para consumir contenidos, pero también utilizan Twitter para seguir a sus ídolos y Facebook como plataforma para juegos y mantener amistades lejanas. El servicio de mensajería instantánea WhasApp les sirve para el contacto diario con amigos y familiares.

La adolescente de 15 años también considera que deberían darse charlas más productivas: “Por ejemplo, ya sabemos que hay ciberbullying y que es muy peligroso, pero no nos dan soluciones o contactos a los que podamos acceder”. No le cabe la menor duda de que la comunicación entre jóvenes y adultos es fundamental para atajar el problema. Así lo afirma también Alemany: “Es importante hablar con los menores sobre la intimidad y la privacidad. Son conceptos que han cambiado socialmente. La intimidad que tienen ellos es diferente a la que tengo yo como adulto. Tienen sus códigos y tenemos que conocerlos”.

 

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Sobre la firma

Isabel Rubio
Es colaboradora de las secciones de Tecnología, Ciencia y Salud de EL PAÍS. Además de seguir de cerca a Apple, Samsung y otros gigantes, prueba dispositivos y analiza el impacto de los avances tecnológicos en la sociedad. También verifica contenidos científicos en la fundación Maldita.es.

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