El circo de México deja de rugir
La prohibición sobre el uso de animales en los espectáculos se extiende por varios Estados
En un plazo de 18 meses los circos del Distrito Federal, una de las urbes más grandes del mundo con 20 millones de habitantes en el área metropolitana, dejarán de tener animales. La prohibición sobre su uso en este tipo de espectáculos se extiende a gran velocidad en México desde que en diciembre de 2013 Querétaro se convirtiera en el primer estado en modificar sus leyes. En la actualidad, Morelos y Guerrero, además de otras cinco ciudades del país (Veracruz, Naucalpan, León, Culiacán y Zapopan), se han sumado a la iniciativa, no exenta de polémica.
“No es naturaleza de un tigre saltar aros de fuego, ni la de un oso andar en patines, como tampoco la de un elefante encadenarse y levantarse en dos patas”, argumenta Jesús Sesma Suárez, diputado del Partido Verde Ecologista en la capital de México. La Asamblea de la entidad aprobó hace unos días varios cambios a la ley para la celebración de espectáculos públicos, entre los que se encuentra la prohibición del uso de animales en las funciones circenses. La reforma, que todavía no ha sido promulgada, ha desatado las críticas del gremio de artistas y el debate ha acabado saltando los muros del Palacio Legislativo de Donceles. La semana pasada, la Comisión de Derechos Humanos de la capital emitió un informe en el que considera que la nueva norma viola derechos humanos de empleados y propietarios de la comunidad del circo.
“El espíritu de la iniciativa es evitar el maltrato a los animales. Como seres humanos tenemos la obligación de hacer respetar el derecho de los otros seres vivos”, defiende Sesma. La medida, impulsada por el Partido Verde Ecologista, salió adelante tan solo una semana después de que el jefe de Gobierno de la entidad, Miguel Ángel Mancera, inaugurara uno de los acuarios más grandes del mundo, patrocinado por el magnate Carlos Slim.
En el DF hay también corridas de toros y un hipódromo donde la combinación de cerveza y apuestas, un día a la semana, sirve de entretenimiento a cientos de capitalinos embelesados con las carreras de caballos. “Nosotros presentamos hace tiempo una iniciativa para frenar los toros, son una aberración, pero no fue aprobada en la Asamblea”, explica el diputado. “Cada quién tiene que ser responsable de sus actuaciones y sus votos”, responde cuando se le pregunta por qué un parlamento con una mayoría de izquierdas decide antes sacar a los animales de los circos que impedir las ferias taurinas.
La reforma a la ley de espectáculos entrará en vigor un año y medio después de promulgarse. Durante este período los dueños de los circos deberán adaptar sus espectáculos para evitar las sanciones económicas en las que podrían incurrir si, pasado el plazo, continúan trabajando con animales. La iniciativa fue aprobada en la Ciudad de México con 41 votos a favor y 11 abstenciones. Ningún diputado se abstuvo, pero desde el PRD, algunas voces reclaman mayor consenso.
María Luisa Fuentes es directora del circo Hermanos Gasca, una de las compañías más grandes de México. “Mi abuelo tuvo 15 hijos y ahora somos 400 en la familia”. La empresa comenzó a funcionar en 1939 y en la actualidad posee entre 15 y 20 espectáculos por todo el país. En la capital alojan de forma permanente tres circos y hay otros tantos itinerantes. “La ley es arbitraria, unilateral. El circo no maltrata, no ridiculiza y no mata a los animales. Sin embargo, hay otros medios de entretenimiento que sí lo hacen. Esto es una cacería de brujas”, dice Fuentes, que insiste en que la actividad que realizan es “buena, lícita”.
“El circo representa una tradición con 250 años, viajamos hasta los pueblos más recónditos de la República llevando la cultura a toda la población ¿Alguien ha pensado cuándo y cómo llegó el primer elefante a México? Hemos hecho muchísimo por nuestro país. No es lo mismo ver un tigre en la televisión que tenerlo a unos metros de la puerta de tu casa”. La directora, que ha participado en las manifestaciones de protesta del gremio, asegura que presentarán amparos en cuanto la ley se publique en la gaceta oficial de la entidad. “Iremos a todas las instancias legales posibles, como lo hemos hecho en otros Estados”.
Por su parte, en las observaciones realizadas por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal a las leyes de Protección a los Animales y para la Celebración de Espectáculos Públicos, el organismo considera que las reformas se centran en los derechos de la fauna y minimiza los impactos que tendrá sobre las personas que viven del circo.
“Ambos documentos omiten un análisis profundo e integral respecto de los posibles impactos que las medidas previstas pueden tener en los derechos de las personas a las que, de manera directa o indirecta, afecta la norma”.
En el texto, el organismo destaca que los diputados locales no tomaron en cuenta a empresarios y artistas de circos para la discusión de la ley y recomienda un diálogo abierto en el que se incluyan todas las voces interesadas.
La CDHDF señala además que la retención y el traslado de animales representarían altos costos para el Gobierno. El documento advierte de que las autoridades capitalinas no cuentan con un análisis de estrategias, planes y acciones para la atención y canalización de los animales. En declaraciones a la prensa mexicana, el presidente de la Unión Nacional de Empresarios y Artistas de Circo, Armando Cedeño, afirmó que la ley pondrá en riesgo unos 50.000 empleos, así como la vida de más de 2.000 animales. El diputado del Partido Verde ofrece soluciones: “Debemos apoyar al gremio y acudir a los espectáculos. Hemos conversado con organizaciones de la sociedad civil que se han ofrecido a crear refugios para los animales”. La decisión final, en todo caso, la tendrán los dueños de los circos. Hasta que eso ocurra, la batalla promete ser larga.
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