Un arzobispo llama “acomplejado” al Gobierno por no imponer más religión
El prelado de Oviedo se queja de “la beligerancia laicista” del poder y de la reforma educativa
“De un lado, la beligerancia excluyente de unos; de otro, el susto acomplejado de quienes piensan que para no ser etiquetados de serviles beaturrones lo mejor es un par de flis-flis de spray (aerosol) progre para dar la impresión de que también ellos toman distancia del inexistente dictado eclesial”. Así se lamenta esta semana el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, en una carta pastoral que titula La piqueta del Poder. Este domingo se distribuirá en las parroquias de Asturias. En su opinión, en clara alusión al Gobierno nacional, del PP, y al de Asturias, del PSOE, “lenta pero firme hay una labor de zapa con piqueta que intenta reducir hasta su extinción la formación religiosa en el currículum escolar de los alumnos. Bajo siglas distintas dentro del ministerio o consejería de turno, no cambia la intención de socavar la formación en clave religiosa en las distintas leyes de Educación”.
El Ejecutivo del Principado de Asturias se propone reducir un tercio (de 90 minutos a 60) las horas semanales de catolicismo en las escuelas de la región, según la delegación episcopal de Enseñanza y Catequesis. Es el resultado de la aplicación de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) en Asturias, se queja el arzobispado. Sanz Montes califica esa actitud de beligerancia laicista y lamenta que se ninguneen los datos que indican la fuerte demanda de esa asignatura de moral católica entre “el pueblo”. Dos de cada tres alumnos eligen por sí mismos o por la legítima opción de sus padres, que esa asignatura de religión sea cursada, añade.
"No queremos usar la escuela para dar catequesis. Esta se da en las parroquias y en la familia. Pero la religión goza de una dimensión histórica, social y cultural que es la que se está privando por los beligerantes y acomplejados con sus piquetas del mismo color laicista", sentencia el arzobispo. Concluye: “Esta historia y cultura es lo que está censurándose. Tantos profesores de religión van al paro, los padres se sienten engañados y los niños y jóvenes estarán desarmados en la ignorancia manipulable a favor de quienes se empeñan en reescribir la historia, censurando la de siglos para imponernos la suya”.
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