Los linces Kiowa, Kaplán y Kairós ya corren por Castilla-La Mancha
El proyecto europeo Life+ Iberlince suelta tres ejemplares para que se reproduzcan en la comunidad
La mayor población de lince ibérico presente en España desde hace una década (los 94 ejemplares de 2002 han pasado a 332 en el censo de 2013), favorecida por la reintroducción de ejemplares como la que hoy se ha llevado a cabo en la provincia de Ciudad Real, convive con el mayor número de muertes nunca registrado del felino más amenazado del mundo (14 atropellos en 2013 y 12 solo en el primer semestre de 2014).
A Kiowa, Kaplán y Kairós, los primeros ejemplares que se liberan en Castilla-La Mancha, en el término municipal de Almuradiel, les esperan miles de hectáreas de monte mediterráneo idóneo para sus andanzas, incluso con una densidad de conejos favorable, mejor de la que presentan zonas con poblaciones del felino ya asentadas, como las de Doñana y las sierras de Cardeña y Montoro (Córdoba) de Andújar (Jaén). Pero también les esperan coches y carreteras, una alianza que hace menos de una semana acabó con la vida de un congénere a 70 km del lugar de la suelta de hoy, en el kilómetro 305 de la A-4. En Castilla-La Mancha ya hay dos ejemplares que han entrado libremente desde Andújar, uno de ellos es una hembra que se da por asentada en la zona, ya que lleva año y medio por la Sierra Morena de Ciudad Real. El otro es divagante, ahora está ahí (lleva tres meses), pero luego se puede marchar.
“Es uno de los ocho puntos negros que tenemos detectados y que hemos denunciado en numerosas ocasiones tanto ante el Ministerio de Fomento como ante la Consejería de Fomento de la Junta de Andalucía, pero no acaban de dar una solución satisfactoria”, afirma Luis Suárez, responsable de Especies de WWF. Esta asociación está en plena campaña de recogida de firmas en España y de elaboración de un informe a presentar ante la Comisión Europea (CE) para denunciar la lacra que suponen los atropellos para las poblaciones de linces.
María Dolores de Cospedal, presidenta de Castilla-La Mancha, ha encabezado la comitiva de políticos y técnicos que ha arropado la suelta de los linces, medida que forma parte del proyecto europeo Life+ Iberlince para ampliar el área de distribución de la especie en España y Portugal. Cospedal ha valorado el trabajo conjunto con 19 socios dentro de esta iniciativa, que cuenta con 34 millones de euros de presupuesto (el 60% lo pone la CE), para que “los linces vuelvan de nuevo a las zonas donde habitaban no hace mucho”, pero ha advertido de que, para lograr este objetivo, “hay que trabajar contra los atropellos y los comportamientos irresponsables” La suelta de hoy sucede a dos que ya se han llevado a cabo en Extremadura y otras que tendrán lugar en los Montes de Toledo y en Portugal.
Desde el Ministerio de Fomento afirman que tienen designada a una persona como interlocutora dentro de Iberlince “para el intercambio de información y la coordinación de actuaciones en aras a disminuir los riesgos de atropellos”. Añaden que llevan a cabo actuaciones que “están en marcha dentro de las posibilidades de la conservación ordinaria” y citan precisamente el de facilitar el paso por obras de drenaje o pasos inferiores y desnaturalizar el entorno (taludes) de las carreteras para que el lince no considere el asfalto como medio natural, como desbroces, siegas, colocación de escolleras...
La visita al punto negro en el que murió el último ejemplar delata que queda mucho por hacer: vallas recientemente arregladas pero por debajo de la cuales sigue cabiendo un lince y entradas y salidas de pasos subterráneos no suficientemente aisladas de la A4, lo que permite que los ejemplares en expansión desde la sierra de Andújar se adentren en la carretera. “Por aquí saben que hay mucho conejo y suben rampa arriba tras ellos sin percatarse que a continuación tienen el asfalto”, explica Germán Garrote, técnico de la Agencia Andaluza del Medio Ambiente y el Agua, organismo de la Junta de Andalucía que participa como socio en Iberlince. “Tengo que identificar del todo al macho que atropellaron hace una semana, pero me temo que era uno de los que estaban intentando asentar aquí su territorio”, concluye Garrote.
En un momento en el que el índice de atropellos es el peor de los últimos años (de una media de tres muertes entre 2002 y 2012 se ha pasado a 14 en 2013 y a 12 solo en el primer semestre de 2014) y cuando rebrota una de las enfermedades del conejo (la neumonía hemorrágico vírica), principal y casi exclusivo alimento del lince, chocan las imágenes de políticos y técnicos soltando linces. “Es el resultado de una evolución lógica de asentamiento y crecimiento de las poblaciones mediante los programas de reintroducción”. Miguel Ángel Simón, coordinador de Iberlince presente en la suelta y una de las personas con mejor conocimiento de la especie, considera que “tras el éxito de la cría en cautividad y de las primeras sueltas en Andalucía más allá de las áreas de distribución que nos quedaban (Doñana y las sierras de Cardeña y Montoro y de Andújar) nos faltaba dar el ‘salto ibérico’ a Extremadura, Castilla-La Mancha y Portugal”.
El éxito de la cría en cautividad (24 cachorros este año) resulta esencial para dar el “salto ibérico”, con cinco centros (Olivilla, Acebuche y Zoo de Jérez en Andalucía, Zarza de Granadilla en Cáceres y Silves en Portugal) trabajando en red y reforzando la diversidad genética de las sueltas. Los tres ejemplares soltados hoy proceden de tres centros diferentes, con la intención de mejorar esa variedad genética y de población.
Una vez en el medio natural, el propio Simón reconoce que áreas ideales, donde el lince no se encuentre un hábitat fragmentado por carreteras de ningún tipo u otras infraestructuras (recuerda que incluso ha habido atropellos en la línea del AVE), “se cuentan con una mano y sobran dedos”. “Pero es que si no nos hubiéramos decidido a ampliar el área de distribución no habríamos pasado de los 94 ejemplares que nos encontramos en 2002 a los 332 del censo de 2013”. El ejemplo más fehaciente se da en Guadalmellato, en Córdoba, área en la que en 2009 se soltaron tres parejas y una hembra y ahora cuenta ya con 39 ejemplares. “Y lo mejor de todo es el intercambio y conexión que se ha establecido con la población de Cardeña”, apostilla Simón.
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