La mejor receta es un paseo por un parque natural
Un informe de Europarc España destaca los beneficios para la salud de las áreas naturales protegidas El contacto con la naturaleza y su contemplación reduce los niveles de estrés, los problemas digestivos y los dolores de cabeza
Para mejorar la circulación sanguínea, el tono y la fuerza muscular y el rendimiento cardíaco y pulmonar, y controlar el sobrepeso realice una serie de paseos por las arenas litorales del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. Además, para conseguir beneficios de naturaleza mental y espiritual es recomendable contemplar las vistas de las playas vírgenes, entre otros paisajes del parque, y las aves que los habitan. Por supuesto, utilice calzado adecuado, que recoja bien el tobillo para evitar torceduras, ropa transpirable, protección solar, gorra y gafas de sol; y lleve agua y fruta para evitar la deshidratación. Con todo ello conseguirá mejorar su bienestar y una mayor relajación y facilidad para conciliar el sueño.
Estas “recetas naturales” forman parte del programa Rutas saludables que impulsa la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía. Junto a otros contenidos, se incluyen vídeos realizados en colaboración con la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, en su mayoría en espacios naturales protegidos, que aportan consejos y recomendaciones ofrecidos por guías de los parques y médicos de familia. Es uno de los ejemplos que Europarc España muestra en su informe Salud y áreas protegidas en España, donde se identifican los beneficios de las áreas protegidas sobre la salud y el bienestar social y cómo potenciarlos con recomendaciones y casos prácticos.
La celebración del XX aniversario de la sección española de la federación europea que fomenta la mejora de la planificación y gestión de los espacios naturales protegidos ha conllevado, entre otros trabajos, la realización de informes como el presente: "Es fundamental conocer, explicitar y transmitir a los ciudadanos los beneficios para la salud y el bienestar que nos brindan las áreas protegidas", afirma Carles Castell, presidente de Europarc-España, y en ese empeño se trabaja desde hace más de un siglo.
John Muir, naturalista e impulsor de la conservación en Estados Unidos, valoraba en 1898 los beneficios de los parques: "Miles de personas cansadas, debilitadas y civilizadas en exceso, están empezando a descubrir que ir a las montañas es como volver a casa; y que los parques de montaña y reservas no son sólo útiles como fuentes de madera y ríos para el riego, sino como fuentes de vida”. Antes incluso, en España la Institución Libre de Enseñanza (ILE) preconizaba desde su nacimiento (1876) los efectos terapéuticos de la naturaleza, con especial predilección por la sierra de Guadarrama por su cercanía a Madrid. Ya en 1919, el médico y humanista Gregorio Marañón valoraba las virtudes de la Sierra de Gredos: “La higiene actual exige una inmediata derivación de los ciudadanos hacia el campo (…) causa asombro el pensar que haya sido hasta ahora desaprovechado el tesoro que para la salud pública y para la higiene ciudadana representa”.
Durante mucho tiempo, las ideas que promovían, entre otros, Muir, Marañón y Giner de los Ríos (impulsor de la ILE) cayeron en el olvido, y solo la saturación de vida urbana y sedentaria que presionó a las sociedades a finales del siglo pasado obligó a mirar de nuevo a la naturaleza como fuente de salud. El primer ejemplo es el programa Healthy parks, healthy people promovido en 1999 por la entidad que gestiona las áreas protegidas australianas (Parks Victoria) y basado en la afirmación de que la salud individual y colectiva depende de un sistema saludable de parques. En 2010 este programa se convirtió en global, y en el mismo año la Federación Europarc creó el grupo de trabajo sobre áreas protegidas y salud. En 2011 la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) constituye un grupo similar para abordar aspectos de salud y biodiversidad en el marco del Convenio de Biodiversidad.
Toda esta corriente, que alcanza también a España, tiene a José Antonio Corraliza, catedrático de Psicología Ambiental de la Universidad Autónoma de Madrid, como uno de sus principales valedores. Para este investigador, el efecto terapéutico de la naturaleza está directamente relacionado con la teoría de la evolución de Darwin: “el necesario contacto con los árboles y el agua están vinculados a nuestra supervivencia como especie y cuando conectamos con estos elementos recuperamos una parte muy importante de nuestro equilibrio personal”. “Al fin y al cabo –prosigue Corraliza–, en nuestra historia evolutiva vivimos en las ciudades desde hace unos segundos”.
Javier Puertas, uno de los autores del informe de Europarc-España y responsable del área de Comunicación, adelanta que “una de las ocho principales líneas de trabajo del Sexto Congreso Mundial de Parques que organizará la UICN en noviembre de 2014 en Australia estará centrada en los beneficios para la salud que nos brindan las áreas protegidas”. Sin embargo, no para de poner ejemplos que, como el de las Rutas saludables, tienen lugar en España. Es el caso de la iniciativa Parc saludable, gent saludable, que organizó el Parc de Collserola (Barcelona) del 13 al 24 de noviembre pasado. O el programa Castilla y León, accesible por naturaleza, con diversas propuestas como los recorridos con el método de barra direccional por el Parque Natural Fuentes Carrionas y Fuente Cobre-Montaña Palentina, dirigido a personas con discapacidades funcionales diversas. El informe de Europarc España destaca en este caso, además de los beneficios cardiovasculares y musculares, otros de índole sensorial: “auditivo, olfativo y visual (cantos y sonidos de la fauna, viento, olores vegetación, panorámicas) y estímulos-sensaciones de cambio de temperatura”.
Una ruta a pie, la observación de fauna, el aroma del monte mediterráneo, la degustación de productos naturales y cercanos (el consumo de mieles locales como prevención de alergias primaverales), entre otras, son citadas en el informe como ejemplos de actividades en áreas protegidas con efectos saludables. José Antonio Corraliza, que también ha participado en el informe de Europarc, comenta algunos aspectos fundamentales asociados a esos efectos: “Por un lado, permiten la restauración del equilibrio psicológico, asociada principalmente a la reducción del nivel de estrés; por otro explica el trastorno por déficit de naturaleza, que se manifiesta especialmente en los niños mediante la obesidad, la hiperactividad, enfermedades respiratorias y falta de vitamina C por falta de exposición al aire libre; y, por último, e igualmente asociado a lo población infantil, aquellos niños que viven en lugares cercanos a la naturaleza amortiguan mejor elementos estresantes como la separación de sus padres, el fracaso escolar o la pérdida de los abuelos”.
Otros estudios recogidos en el informe destacan también que, además de reducir el estrés, el disfrute dentro de las áreas protegidas aminora los problemas digestivos y los dolores de cabeza. Y no es obligatorio elegir, entre los 1.700 espacios protegidos de España, uno como el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. El estudio de Europarc España recuerda que hay zonas verdes urbanas y periurbanas que ofrecen similares beneficios para la salud.
Profundizar en los beneficios
El informe elaborado por Europarc España se enmarca en el proyecto Identificación de los beneficios de las áreas protegidas sobre la salud y el bienestar social. Aplicación de casos prácticos en la sociedad de la Junta de Castilla y León, en el que colaboran la Fundación Biodiversidad y la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León. A su vez, está dentro del Programa de Trabajo para las Áreas Protegidas 2009-2013 promovido por Europarc España, que servirá para elaborar y desarrollar el Programa Estratégico para las Áreas Protegidas 2020.
Los autores recuerdan que es la primera vez que se lleva a cabo una experiencia de este tipo en España, y la principal conclusión es que “las áreas protegidas proporcionan a la sociedad beneficios para su salud y bienestar a través del cumplimiento de sus objetivos de conservación del patrimonio natural y cultural asociado”. Pero, a pesar de estas evidencias, se subraya que “en España aún no se ha profundizado en las oportunidades para potenciar todos los beneficios que ofrecen”. Para mejorar la situación se exponen 36 recomendaciones que afectan a la planificación y gestión de estos territorios.
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