El reloj se retrasa una hora

En la madrugada de este domingo los relojes se han retrasado una hora, de modo que a las 3.00 han vuelto a ser las 2.00, por lo que oficialmente habrá una hora más, en cumplimiento de la directiva europea. Junto a España, cerca de 50 países han movido las agujas o han retocado la hora de sus relojes.

Este cambio se aplicó por primera vez durante el transcurso de la I Guerra Mundial con el objetivo de lmantener abiertas las fábricas una hora más. Pere Planesas, del Observatorio Astronómico Nacional explica a Efe que la tomaron los gobiernos alemán y astrohúngaro en abril de 1916 y fue tomada ese mismo año por Holanda, Reino Unido, Francia y Portugal.

La práctica de atrasar el reloj una hora en invierno y adelantarlo en verano empezó a generalizarse de forma desigual en 1974, al producirse la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para aprovechar mejor la luz del sol y consumir menos electricidad en iluminación. Se aplica como directiva desde 1981 y ha sido renovada sucesivamente cada cuatro años, como recuerda el Ministerio de Industria, Energía y Turismo.

No hay conclusiones determinantes sobre los efectos físicos y psicológicos de este cambio de horario

El hecho de introducir dos veces al año un cambio de hora ha suscitado protestas de agricultores y ganaderos, por sus repercusiones biológicas y económicas, además de reticencias entre algunos ciudadanos, que aseguran que les afecta tanto física como psicológicamente. Ninguna investigación ha sacado conclusiones determinantes a este respecto. En todo caso, los transtornos de este mini jet-lag influyen mínimamente y algo más a niños y a mayores.

Según cálculos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el potencial ahorro en iluminación en España por el cambio de hora puede llegar a representar un 5% del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a unos 300 millones de euros.

No obstante, para alcanzar este potencial de ahorro, los hogares deben contribuir con un uso responsable de la energía, prescindiendo de la iluminación artificial cuando no es necesaria, utilizando tecnologías eficientes y controlando el consumo de calefacción.