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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Una cultura básica

Una encuesta de 2005 indicaba que el 80% de los europeos considera que “el interés de los jóvenes por la ciencia es esencial para la prosperidad futura”. Vivimos en una sociedad enormemente influenciada por los avances científicos y tecnológicos. La formación de profesionales altamente cualificados en estos ámbitos es, pues, esencial para el progreso de nuestro país, lo que requiere proporcionar a los futuros estudiantes universitarios de ciencias o ingeniería una sólida formación en las materias científicas del Bachillerato.

Sin embargo, la influencia de lo científico va mucho más allá: ¡Nos afecta a todos! Diariamente los medios de comunicación aluden a cuestiones como el calentamiento global del planeta, la clonación, el origen del universo, los alimentos transgénicos, las energías renovables, la contaminación ambiental o la epigenética…. Conocer con cierto rigor el significado de este tipo de conceptos, así como sus posibles repercusiones, puede presentar cierta dificultad y requerir cierta formación adicional, que debería formar parte de la cultura general. Todos los ciudadanos deberían ser capaces de evaluar, opinar, criticar o decidir sobre temas importantes para el futuro de nuestra sociedad que tengan una base científica.

En la última reforma de la educación secundaria se incluyó en el Bachillerato una asignatura obligatoria denominada Ciencias para el mundo contemporáneo que significaba un avance en la recuperación del déficit en cultura científica en nuestro país. No obstante, observo con estupefacción que en el anteproyecto de reforma educativa dicha asignatura ha desaparecido, probablemente con el único objetivo de deshacer lo que hizo el anterior Gobierno. Puede que, al ser de nueva implantación, requiriera ajustes, pero su eliminación sin más parece un enorme retroceso.

En la introducción del anteproyecto se alude a la necesidad de mejorar los resultados obtenidos en las pruebas PISA, pero el camino emprendido no parece el más eficiente. En dichas pruebas se consideran tres ámbitos de conocimiento, siendo uno de ellos el de scientific literacy (se podría traducir por cultura científica). En este ámbito se pretende evaluar la capacidad de los estudiantes para usar los conocimientos y procesos científicos no solo para comprender el mundo natural, sino también para participar adecuadamente en las decisiones que le afectan. Es decir, precisamente, en la línea de los objetivos de Ciencias para el mundo contemporáneo.

J. A. Padró es decano de la Facultad de Física de la Universidad de Barcelona.

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