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El PP toma el control total de RTVE

Leopoldo González-Echenique será presidente de la corporación con una mayoría aplastante en el Consejo El PSOE renuncia a presentar candidato

Rosario G. Gómez
Leopoldo González Echenique.
Leopoldo González Echenique.LUIS MAGÁN

El consenso se ha roto en RTVE. Leopoldo González-Echenique, un abogado del Estado afín al PP, que ha desempeñado altos cargos en la Administración durante la etapa de José María Aznar, ha sido elegido por el partido en el Gobierno para dirigir la televisión pública en una etapa marcada por los ajustes presupuestarios, el declive en las audiencias y la amenaza de un nuevo expediente de regulación de empleo. El nombre de González-Echenique, que fue director general para el desarrollo de la Sociedad de la Información en el Ministerio de Ciencia y Tecnología con Josep Piqué, fue registrado ayer en el Congreso de los Diputados al filo de las dos de la tarde, pocos minutos antes de que concluyera el plazo para que los grupos parlamentarios presentaran sus candidaturas.

Con la renovación de buena parte del Consejo de Administración, el PP toma el control total de la televisión pública. Gestionará la corporación con una cómoda mayoría. De los nueve integrantes de ese organismo podría tener hasta seis si los socialistas declinan ocupar una de las plazas que ahora les toca renovar.

La designación de González-Echenique (Madrid, 1969), de marcado perfil tecnócrata, escenifica el desencuentro institucional que ha marcado las relaciones entre los dos partidos mayoritarios en materia televisiva. Los socialistas se han negado a pactar un nombre como protesta por el cambio en las normas para elegir al presidente. Mediante un real decreto ley, el Ejecutivo de Mariano Rajoy alteró hace un mes la ley de 2006 que exigía una mayoría de dos tercios del Congreso. Ahora ya solo es necesaria una mayoría absoluta, lo que deja al PP manos libres para proponer un candidato sin necesidad de contar con nadie.

Para los socialistas esta reforma es un paso atrás de 32 años, una vuelta a la televisión de partido que echa por tierra el gran avance hacia la independencia de la televisión pública que supuso la reforma de Zapatero.

En el cupo de consejeros que serán nombrados por el Senado, el PP ha optado por José Manuel Peñalosa, que fue diputado y senador popular y actualmente se dedica a trabajos de asesoría. En un plano más profesional, ha designado al veterano productor de televisión Fernando Navarrete, que desde su cargo de vicepresidente de la Academia de Televisión participó en primera línea en los dos cara a cara de 2008 entre Zapatero y Rajoy en el debate de 2011 entre Rajoy y Rubalcaba. CiU ha nominado a Óscar Pierre, ingeniero industrial y empresario.

El Grupo Popular ha propuesto también a la periodista Marisa Ciriza, aunque esta todavía permanece en el banquillo. Su candidatura se formalizará siempre y cuando el PSOE renuncie a ocupar la plaza que le corresponde. Antes de cerrar la lista de los futuros consejeros, el Congreso ha ampliado el plazo hasta el mediodía de hoy. Los socialistas justificaron ayer su decisión de dejar vacía la silla: “No vamos a ser cómplices ni a participar de esta farsa que ha montado el PP y que permite que el partido del Gobierno vuelva a elegir a quien le dé la gana”, dijo el secretario de Organización socialista, Óscar López. Desde el PP, Dolores de Cospedal, recriminó: “Es una falta de responsabilidad tremenda”.

Durante los últimos meses, los intentos de alcanzar un consenso entre Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba han terminado en fracaso. El jefe del Ejecutivo propuso un nombre (un profesional de los medios vinculado al PP gallego) que fue rechazado por el líder de los socialistas. Tras la filtración por parte de Rajoy de una reunión secreta entre ambos líderes, Rubalcaba dio por congelados los contactos. El anuncio del cambio de la ley tras el Consejo de Ministros del 20 de abril pasado fue la puntilla. Las negociaciones se dieron por muertas.

González-Echenique será el tercer presidente designado por el Parlamento desde que se aprobó la ley que acababa con la gubernamentalización de la televisión pública. Aunque en esta ocasión la norma permite que su elección cuente con una mayoría absoluta (la mitad más uno de los diputados) y no por los dos tercios que sumaron sus antecesores: Luis Fernández, elegido en 2006, y Alberto Oliart, nombrado en 2009. En ambos casos hubo acuerdo Zapatero-Rajoy. Y en los dos se produjo el mismo final. Dimitieron antes de concluir su mandato y sembraron el desconcierto en la corporación. La más espinosa fue la salida de Oliart. Su hueco no fue cubierto y desde julio de 2011 los consejeros rotan cada mes al frente de la presidencia.

El Gobierno ha esgrimido la necesidad de acabar con esta situación de interinidad y de desgobierno para cambiar las normas sobre el nombramiento del presidente de RTVE. Pese a no haber propuesto ayer ningún candidato, los socialistas seguirán teniendo un representante en el Consejo, el periodista Miguel Ángel Sacaluga. Su mandato no expira hasta enero del próximo año y de momento conservará la plaza porque, alegan, su nombramiento está avalado por dos tercios del Congreso. Sacaluga ha recibido al nuevo presidente con cautelas. “Viene con una mala tarjeta de visita: la ruptura del consenso institucional”. A Echenique le pide liderazgo, proyecto de futuro, autonomía respecto al Gobierno y que realice la gestión bajo el prisma del consenso. El consejero afirma la decisión sobre su futuro dependerá de estas cuatro premisas y de las competencias que pueda desarrollar el Consejo con una abrumadora mayoría del PP en la defensa del servicio público de la televisión. Insiste en que la decisión de dimitir o seguir en el cargo será estrictamente suya y no estará guiada por las estrategias del PSOE.

El nuevo presidente se encontrará con una televisión pública al límite. En el terreno económico, el Gobierno le ha dado un hachazo de 204 millones de euros (de los 1.200 millones de presupuesto del año pasado ha bajado a menos de 1.000)

Tendrá que nombrar pronto un nuevo equipo. Tanto el director de TVE, Santiago González, como el director general corporativo, Jaime Gaiteiro, han presentado un preaviso de extinción de contrato que vence a finales de este mes.

Pero si hay un cargo en el que el PP tiene prisa por tomar las riendas es el del director de los servicios informativos. Fran Llorente se ha mantenido al frente desde 2006 y en los últimos meses ha sido la diana a la que han disparado los dirigentes del PP, quejosos del “sectarismo” y la “falta de neutralidad y pluralidad en la cadena estatal”. Acusaciones que a buen seguro reaparecerán en el otro extremo del arco político.

Golpe al pluralismo

El PP trasladará su aplastante mayoría parlamentaria a la televisión pública. Inicialmente contaba con proponer cinco de los nueve miembros del nuevo Consejo de Administración de RTVE. Pero la negativa de los socialistas a designar candidatos puede agigantar su mayoría. Ayer tocaba renovar cinco plazas, las que dejan libres Manuel Esteve (PP), Mari Cruz Llamazares (PSOE), Josep Manuel Silva (CiU), Francesc Bellmunt (ERC) y Santos Ruesga (UGT). El PP tenía previsto nombrar a tres vocales, uno sería para CiU y otro para el PSOE. Pero el paso atrás de los socialistas ha sido aprovechado por el partido en el poder para proponer un cuarto candidato.

Hasta enero de 2013, cuando se celebre la segunda convocatoria, tienen mandato otros cuatro consejeros: Rosario López Miralles, Andrés Martín Velasco (PP), Miguel Ángel Sacaluga (PSOE) y Teresa Aranguren (IU). Nada garantiza que esta última formación vaya a seguir teniendo representación en la televisión pública. Esta plaza fue cedida por el PSOE en 2006, que también transfirió otra a ERC.

Además, el primer Consejo de Administración nombrado por una mayoría cualificada en el Parlamento (era 2006) contaba con dos representantes de los sindicatos. UGT designó a Santos Ruesga y CC OO nombró a Héctor Maravall, que dimitió el año pasado. La reforma del PP ha borrado de un plumazo a los sindicatos del Consejo de RTVE con la excusa de la crisis. Una decisión que contribuye a reducir el pluralismo en este órgano de gestión.

Antes de ser votados por el Pleno de las Cámaras (el Congreso elige a tres y el Senado a dos) los cinco nuevos consejeros comparecerán en la comisión de nombramientos. Serán examinados por diputados y senadores, que declararán su idoneidad. Estas comparecencias podrían celebrarse la próxima semana y la votación en los Plenos se llevaría a cabo en las sesiones de la siguiente. A excepción del presidente, los consejeros no tendrán plena dedicación y solo percibirán dieta por asistir a las sesiones.

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