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OBITUARIO

Amarillo Slim, el tahúr con más ases en la manga

Fue un exitoso y peculiar jugador de póquer, ganó decenas de originales apuestas a base de ingenio

Alejandro Prado
Amarillo Slim durante las Series Mundiales de Póquer, en 1972.
Amarillo Slim durante las Series Mundiales de Póquer, en 1972.REUTERS

Su enorme sombrero tejano adornado con la cabeza de una serpiente, las botas de vaquero y el marcado acento pueblerino hacían pensar que se trataba de un simple paleto más con aires de grandeza, un hortera que buscaba fortuna en las mesas de póquer. Pero Amarillo Slim (Johnson, Estados Unidos, 1928), que en realidad se llamaba Thomas Austin Preston, había trabajado su imagen a conciencia: le venía bien que sus oponentes en la timba creyesen que era un pobre estúpido.

Preston, que falleció el 29 de abril, dedicó la vida a apostar y gracias a ello se convirtió en toda una celebridad. Se empezó a hablar de él cuando venció en las Series Mundiales de Póquer de 1972. Recorrió Estados Unidos jugando a las cartas y acumulando dinero. Alcanzó tal notoriedad que los presidentes Lyndon B. Johnson y Richard Nixon quisieron jugar con él, desplumó al magnate del porno Larry Flint y se dice que jugó algunas manos con el capo de la droga Pablo Escobar cuando sus hombres le secuestraron por error.

Pero Preston —que adoptó el sobrenombre de Amarillo por el pueblo tejano donde vivió desde su juventud— no se limitó al póquer, apostaba en todo lo que se pudiera ganar. Y él ganaba siempre, o al menos eso cuenta en World full of fat people (Un mundo lleno de gente gorda), una especie de autobiografía donde Slim cuenta sus batallas en el mundo del juego.

Sus victorias se debían, más que a la habilidad, a que él ponía las reglas; y para eso tiraba de ingenio. Como cuando ganó una carrera de 100 metros al televisivo caballo Seabiscuit. Para ello Amarillo estableció que 50 metros fuesen de ida y 50 de vuelta. O cuando derrotó a un as del billar porque eligió jugar con unas escobas como tacos. Para ello estuvo entrenando durante semanas con dicho utensilio. Al igual que cuando venció a un campeón de tenis de mesa con una botella como raqueta. También aseguró que mandaría una bola de golf a más de una milla con un solo golpe. En esta ocasión se sirvió de un lago helado como superficie y la bola resbaló lo suficiente para que ganase la apuesta.

Su capacidad para las matemáticas y la lógica le ayudaron en sus múltiples apuestas y, sobre todo, en el póquer. Fue un personaje clave para que este juego llegase a los límites de popularidad que tiene hoy y entró a formar parte del Salón de la Fama. Escribió libros en los que enseñaba a jugar, llegándose a convertir en todo un gurú de las timbas. Suya es una de las más legendarias citas del póquer: “Mira alrededor de la mesa. Si no ves al primo, es que el primo eres tú”.

Con semejante historial no resulta extraño que Hollywood se fijase en él para rodar una película sobre su vida. Nicolas Cage era el elegido para interpretar a Amarillo Slim, pero un desagradable asunto judicial hizo que se descartase la idea. En 2002 fue acusado de realizar tocamientos a su nieta de 12 años. A pesar de que siempre defendió su inocencia, Preston se declaró culpable y accedió a pagar una multa para que, según él, no se hablase del asunto y defender a su familia. Su reputación nunca se restableció y murió alejado de la vida pública en Amarillo, la ciudad que le dio su nombre de guerra.

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Sobre la firma

Alejandro Prado
Redactor en la Mesa de Edición del diario EL PAÍS. Antes prestó sus servicios en la sección de Deportes y fue portadista en la página web. Se licenció en Periodismo en la Universidad Carlos III y se formó como becario en Prisacom.

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