Solo el 28% de los altos cargos nombrados por Rajoy son mujeres
El nuevo Ejecutivo incumple la Ley de Igualdad en sus 300 designaciones
De la paridad en el Consejo de Ministros, a la escasez incluso en sus nombramientos. El Gobierno de Mariano Rajoy, no paritario —una vicepresidenta y tres ministras sobre un total de 13 carteras—, tampoco lo ha sido a la hora de designar a los altos cargos. De los 308 nombramientos realizados por el Gabinete en los primeros 100 días de mandato, el 71,8% corresponden a hombres y el 28,2%, a mujeres, según el análisis realizado por EL PAÍS. Este desequilibrio va en contra de los principios que consagra la Ley de Igualdad. Solo dos departamentos han hecho designaciones equilibradas: Presidencia y Sanidad. El Gobierno anterior llevó la paridad al Consejo de Ministros, pero tampoco la impuso en los siguientes escalones de la Administración.
“El Gobierno atenderá al principio de presencia equilibrada de mujeres y hombres en el nombramiento de las personas titulares de los órganos directivos de la Administración General del Estado y de los organismos públicos vinculados o dependientes de ella, considerados en su conjunto, cuya designación le corresponda”. Este artículo, el 52 de la Ley de Igualdad de 2007, es papel mojado salvo para los dos departamentos que han respetado el principio de que ningún sexo tenga menos del 40% de representación. Los dos están encabezados por mujeres: Presidencia —en manos de Soraya Sáenz de Santamaría, también vicepresidenta— y Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad —en las de Ana Mato—.
Las secretarias de Estado son el 22%, una cifra similar a la época Zapatero
Esas dos responsables han designado al mismo número de mujeres que de hombres. “No nos hemos guiado por criterios de paridad, sino que se ha buscado a las personas que se han considerado más adecuadas para cada puesto”, explican en Sanidad. Recuerdan también que “el Gobierno no es partidario de las cuotas”. El PP se ha opuesto a ellas con fuerza y ha enfrentado los conceptos mérito y discriminación positiva —que respalda la Constitución— para hacerlos excluyentes. En este departamento, que también se encarga de la igualdad, evitan los comentarios sobre el total de designaciones gubernamentales. En La Moncloa, en cambio, reconocen el desequilibrio. “Se ha corregido en parte con el nombramiento de cargos de confianza de los ministros, como los asesores [no constan en las referencias del consejo]”, asegura una portavoz de la Secretaría de Estado de Comunicación. “El Gobierno tiene voluntad de cumplir la ley [de Igualdad], pero en el bien entendido de que hay que contar con los mejores y más adecuados para el cargo que se quiere cubrir”, se limita a añadir.
“El que dos departamentos hayan sido paritarios es un buen ejemplo, no una extravagancia. Demuestra que se puede aplicar la paridad”, afirma Soledad Murillo, madre de la Ley de Igualdad en su etapa como responsable de esta área en el Ministerio de Trabajo. “La presencia equilibrada de mujeres y hombres en los altos cargos democratiza la estructura de decisión y ayuda a que los temas que afectan en mayor medida a las mujeres no se caigan de la agenda política”, añade.
Obligación legal
- La Ley de Igualdad dice que "el Gobierno atenderá al principio de presencia equilibrada de mujeres y hombres en el nombramiento de las personas titulares de los órganos directivos de la Administración General del Estado y de los organismos públicos vinculados (...) cuya designación le corresponda" (artículo 52). "Los poderes públicos procurarán atender al principio de presencia equilibrada de mujeres y hombres en los nombramientos y designaciones de los cargos de responsabilidad que les correspondan" (artículo 16).
- Los Gobiernos de Zapatero fueron paritarios a nivel de ministros; no en el segundo escalón. El Ejecutivo de Rajoy no lo es en ningún aspecto.
- Sanidad y Presidencia sí han hecho nombramientos paritarios.
El análisis de los más de 300 nombramientos incluidos en las referencias de los 15 consejos de ministros celebrados hasta ahora por el Gobierno del PP revela que tras la excepción de Presidencia y Sanidad, la brecha se ahonda hasta rozar el abismo. El Departamento de Economía y Competitividad es el que más se acerca a la paridad —37,5% de mujeres—. Le siguen la Presidencia del Gobierno —34,7%, distinto del ministerio— y Hacienda —31,2%—.
Los más rácanos al elegir mujeres para los altos cargos han sido los ministerios de Defensa (12,5%), Exteriores (13%, el mayor número de sus designaciones se refieren a embajadores), Industria (15,4%) y Justicia y Fomento (20% cada uno). Todos ellos en manos de hombres excepto el último, que dirige Ana Pastor. En el de Empleo, que dirige Fátima Báñez, la paridad también brilla por su ausencia: 26,6%.
En el segundo escalón del Gobierno, el de los secretarios de Estado —homologados como viceministros—, la paridad tampoco existe. Pero no es nuevo. También los Gobiernos del PSOE situaron a hombres mayoritariamente, pese a que Rodríguez Zapatero estrenó los Ejecutivos paritarios. Llegó a haber un 31,2% de mujeres en este nivel, como máximo, pero varios años estuvieron por debajo del 25%. El Ejecutivo del PP, que ha reducido el número de ministerios y adelgazado su estructura, ha nombrado un total de 24 secretarios de Estado, de los que seis son mujeres. A esas dos docenas hay que añadir al menos otros tres altos cargos de este rango. De ellos, dos son de nuevo nombramiento: el presidente del Consejo Superior de Deportes y el director del Gabinete de presidente del Gobierno. El tercero es el responsable del Centro Nacional de Inteligencia
(Félix Sanz, nombrado por el Gobierno de Zapatero). Así, ahora son mujeres el 22% de las personas con rango de secretario de Estado. La paridad también queda lejos en la designación de los delegados del Gobierno —responsables del orden público, entre otras cosas—. De los 19 nombrados, seis son mujeres —31,5%—.
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