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Japón permitirá a sus nucleares funcionar hasta los 60 años como máximo

Autorizará a sus centrales funcionar hasta 60 años, como ha hecho Estados Unidos Solo cinco de los 54 reactores del país están en funcionamiento

Las centrales nucleares japonesas podrán funcionar hasta los 60 años, pero no más allá. A pesar del desastre de Fukushima, el país sigue las directrices de Estados Unidos, que ya ha autorizado a decenas de centrales que funcionen seis décadas aunque inicialmente fueron diseñadas para 40 años. La decisión del Gobierno japonés llega con solo cinco de sus 54 reactores en marcha. El resto están parados en inspecciones. Además, el país debate una nueva estrategia energética que dé más peso a las renovables en lugar de la nuclear.

La opinión pública en Japón –la tercera economía del mundo- es cada vez más contraria a la energía nuclear, pues no ve fin a la crisis de Fukushima, abierta el pasado 11 de marzo cuando el terremoto y el posterior tsunami dejaron sin refrigeración los reactores de la nuclear.

En una inusual protesta, un grupo de japoneses ha interrumpido la comparecencia del grupo de expertos en el Ministerio de Energía que iba a aprobar las pruebas de resistencia de unas de las nucleares japonesas. En septiembre pasado, una multitudinaria marcha recorrió Tokio para pedir el fin de la energía nuclear.

Japón pretende fijar la vida en 40 años y permitir a las eléctricas pedir dos ampliaciones de 10 años cada una. “No cambia el hecho de que el número de reactores nucleares va a seguir cayendo y la dependencia de Japón de ellos, pero esto no es para el futuro inmediato”, declaró en rueda de prensa el miembro del Gobierno Osamu Fujimura.

Actualmente, después de los 30 años de funcionamiento, las nucleares japonesas pueden pedir renovaciones de 10 años pero sin que la legislación contemple un máximo. Antes de Fukushima, la nuclear suponía un 30% de la electricidad del país y Tokio planeaba llegar al 40%. Ahora, sus reactores están parados.

El Gobierno quiere reformar toda la estructura de seguridad nuclear, cambiar la legislación sobre la vida de las centrales y paulatinamente comenzar a arrancar los reactores.

EEUU ya ha dado 60 años de vida a centrales similares a las de Fukushima (que a su vez es como la de Garoña). En España, no existe límite legal para las centrales, aunque inicialmente se definía para 40 años. El Gobierno del PP ha pedido al Consejo de Seguridad Nuclear que revise las condiciones para que Garoña (que abrió en 1971) podría llegar hasta los 50 años de vida. Para eso no solo requerirá las obras que ya le reclamó en 2009 sino que deberá mejorar el sistema en caso de accidentes, una de las lecciones de Fukushima.

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