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"Existió una trama que vendía bebés"

La familia Ocáriz dice que saldrán los nombres de los supuestos implicados

"Hay que decir que en España se han vendido niños y que mi hermana es una de ellas. Existió una trama y pedimos a quien esté arrepentido que dé la cara, aunque sea de forma anónima". Pablo Ocáriz hace un llamamiento desesperado para poder esclarecer lo que le ocurrió a su hermana Rebeca supuestamente muerta en 1977 a los siete días de nacer en la Residencia Aránzazu de San Sebastián.

La fallida exhumación del féretro en el que se encontraban los restos de su hermana, el pasado martes, cuando se comprobó que la caja estaba vacía supone una evidencia del "primer caso acreditado en Euskadi de que hubo delito", según el fiscal general del País Vasco, Juan Calparsoro.

La familia Ocáriz sabe que esta primera prueba puede facilitar la investigación. La juez del caso les ha asegurado que se va a llegar hasta el final. "No tenemos prisa. Pero en San Sebastián se va a saber con nombres y apellidos las personas que han estado involucradas en este caso. Llegará ese momento porque vamos a ir a por la trama que vendía bebés", asegura Ocáriz a este periódico.

Tras la exhumación fallida es el primer caso acreditado en Euskadi de delito

A diferencia de otros muchos casos, —en Gipuzkoa hay 120 denuncias—, que se archivan por falta de documentación, en el proceso de la familia Ocáriz se tiene que investigar hasta qué tipo de ilícito penal se cometió.

"Esa gentuza", recalca Ocáriz, "que ha vendido niños creía que iban a ser impunes, que unos pocos desgraciados no iban a ir contra ellos. Pero vamos a ser respetuosos con la justicia aún sabiendo que la ley está hecha y puede tener unos límites", sostiene.

Tras el impacto del ver el féretro enterrado en el panteón familiar en Polloe vacío, la familia Ocáriz recuerda con dolor que hace 35 años, su madre Mercedes, tuvo que enterrar a su hija a pesar de intuir que le habían ocultado algo. "Ninguna condena va a devolver a mi hermana pero queremos que se esclarezca la verdad y que los culpables paguen el daño tan terrible que han hecho a mi familia y a otras muchas que no tienen a donde acudir", dice Ocáriz.

Ante la complejidad de dar con el paradero de médicos, comadronas y ginecólogos implicados en la supuesta trama de robo de bebés que tuvo lugar desde los años 40 en Euskadi —el último caso es de 1995—, la familia Ocáriz está convencida de que hay personas implicadas que siguen con vida. "En nuestro caso tenemos documentación oficial en la que salen una serie de médicos que firman un parte de defunción y a quienes les llamará el juez para declarar", aseguran.

Según la Fiscalía General del País Vasco, en el caso de Rebeca la infracción más leve que podría haber ocurrido sería un delito de falsedad, pero también podría tratarse de detención ilegal "si se comprueba que ese bebé vivía" y que fue arrebatado a su madre para entregárselo a otras personas.

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