Crece un 83% la venta de la píldora del día siguiente
El aumento de la dispensación del anticonceptivo de urgencia en boticas equivale a la caída en los ambulatorios
El uso de la anticoncepción de emergencia se ha consolidado en España. La venta sin receta de la píldora del día siguiente se incrementó un 83% en 2010, el primer año completo en que las mujeres pudieron adquirirla de forma libre en las farmacias. En 2009, la dispensación de este fármaco que impide la ovulación también subió (un 43%), según los datos de la consultora IMS a los que ha que tenido acceso EL PAÍS. Sin embargo, ese aumento se registró fundamentalmente desde el mes de octubre, fecha en la que entró en vigor el decreto que liberalizaba su venta en boticas. En septiembre de 2009 se vendieron 26.000 unidades de la poscoital frente a las 46.000 que las farmacias dispensaron el mes siguiente.
Gran parte del incremento en las ventas de este fármaco se corresponde, según los expertos, con el descenso de su dispensación en hospitales y centros de planificación familiar. Y es que, desde que se decretó su despacho sin receta, las mujeres ya no tienen que acudir al canal sanitario para obtenerla. "Antes, las mujeres tenían muchísimas dificultades para conseguir la píldora del día siguiente, encontrábamos que en ocasiones tenían que peregrinar por varios centros para lograr que se la prescribieran", asegura Isabel Serrano, ginecóloga y presidenta de la Federación de Planificación Familiar Estatal (FPFE).
Esta ginecóloga explica que en ocasiones esas dificultades se correspondían con la negativa de los profesionales a recetar este método, que debe ser utilizado en las 72 horas siguientes a la relación de riesgo. También con la dificultad de las mujeres del ámbito rural o de las ciudades pequeñas para encontrar un ambulatorio o un hospital donde conseguir la receta. Hasta 2009, dice, solo los centros de planificación de Andalucía, Cantabria, y del Ayuntamiento de Madrid dispensaban gratis este método para prevenir embarazos no deseados.
Serrano sostiene que las cifras de IMS -que recopilan las de las tres principales marcas de este producto-, están lejos de mostrar un abuso de la poscoital. Una teoría que se corresponde con los datos que revela un reciente estudio de la Sociedad Española de Contracepción (SEC), del que se desprende que solo el 0,4% de las mujeres de 14 a 50 años tomó este fármaco más de una vez en un año. "Lo que ha ocurrido, es que el acceso al fármaco se ha normalizado por fin", diagnostica.
Precisamente, terminar con las barreras que vetaban que algunas mujeres pudieran tomar esta píldora fue uno de los motivos que en 2009 alegó Trinidad Jiménez, entonces ministra de Sanidad, para decretar su venta sin receta en farmacias. Una medida polémica que sigue encontrando resistencias. Hace un año, el Senado aprobó una moción en la que instaba al Gobierno a que volviera al sistema de prescripción anterior. La iniciativa, que reclamaba que este fármaco solo pudiera venderse con receta médica, contó con el voto del Partido Popular y Convergencia i Unió.
La propuesta, sin embargo, no prosperó y la dispensación libre continúa. María Báez, responsable de producto de IMS -la consultora de referencia del sector farmacéutico-, cree que a pesar de que el aumento es grande, las cifras que se barajan no son inquietantes. "Muestra de ello es que, en lo que llevamos de 2011, las ventas apenas han aumentado un 7%; eso supone que el uso de este fármaco se ha estabilizado", analiza.
A estos factores que explican el aumento de las ventas se suma otro muy relevante. "Cada vez son más las mujeres que lo conocen y que están informadas de que pueden comprarlo sin receta", considera Justa Montero, experta en salud sexual y reproductiva. Montero, que lleva 25 años asesorando a jóvenes sobre planificación familiar, explica que el debate que se generó en torno a este fármaco cuando se anunció su venta libre ayudó a que muchos lo conocieran. Ejemplo de ello son las inmigrantes, un colectivo que por desconocimiento no empezó a usarlo hasta hace poco.
Ya el año pasado, los expertos del Ministerio de Sanidad atribuyeron parte del descenso en el número de abortos (en 2009 bajó por primera vez desde que se registran los datos) a venta libre de la poscoital. Serrano, sin embargo, cree que esa explicación es demasiado aventurada. "Cada día hay más gente que pide este fármaco, pero eso no quiere decir que vaya a haber un descenso en los abortos", asegura.
Para ello, matiza Montero, son imprescindibles otras políticas. "No se puede descuidar la parte verdaderamente importante: la promoción y el acceso a otros métodos anticonceptivos regulares. Tampoco la información y la educación sexual. Algo que últimamente se ha dejado de lado y sin lo que las cifras de embarazos no deseados no mejorará", zanja.
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