Una afgana pide "perdón" a Karzai por haber sido violada
Galnuz, una chica de 21 años que fue forzada sexualmente y encarcelada por ello, acusada de adulterio, solicita clemencia a su presidente
La indefensión de las mujeres en Afganistán tiene un nuevo ejemplo brutal en el caso de Galnuz, una chica de 21 años que está encarcelada por adulterio, cuando en realidad fue violada por el primo de su marido. Es una víctima que es culpable de ser una víctima: un absurdo, una injusticia, que resulta incomprensible y la tiene entre rejas. Una abogada estadounidense de 36 años, Kimberly Motley, afroamericana, antigua Miss Wisconsin, lleva su caso y acaba de solicitar formalmente al presidente afgano, Hamid Karzai, que indulte a la chica. Es, en sus palabras, una petición de "clemencia".
Galnuz se quedó embarazada después de ser violada (en 2009) y tuvo a su hija en la cárcel. El agresor -completándose el absurdo- también ha sido encarcelado. Ambos fueron condenados a penas idénticas -doce años- pero sus penas han sido reducidas: a siete años en el caso del violador y a tres años en el caso de la víctima, a la que le quedaría un año por cumplir. Sin embargo, su abogada trata de sacarla de prisión cuanto antes. Por eso ha presentado la petición de perdón, respaldada por 5.000 firmas recogidas en menos de una semana.
Según Motley, el "perdón" a Galnuz sentaría un precedente positivo frente a la desprotección legal de las mujeres afganas. "Si el presidente decide mostrarse clemente, algo en lo que confío (...), mostraría su apoyo a dicha ley y a las mujeres afganas".
Gulnaz continúa por el momento cumpliendo condena con su hija en una cárcel a las afueras de la capital afgana, Kabul. En una entrevista de la cadena estadounidense CNN, la chica ha contado sus recuerdos de la violación: "Él llevaba la ropa sucia, porque trabaja en la construcción. Cerró las puertas y las ventanas. Yo empecé a gritar, pero me cerró la boca".
El violador también ha hecho declaraciones a la CNN desde la cárcel. Además de negar que la haya violado, dice que Galnuz, que estaba casada con su primo, es ahora una víctima propicia para un asesinato de honor, y que probablemente sea su propia familia la que intente matarla.
El caso de Gulnaz, habitual en un país como Afganistán, ha acaparado la atención internacional a raíz de un conflicto entre la Unión Europea (UE) y un grupo de realizadores de documentales contratados precisamente por la UE para elaborar un reportaje sobre los derechos de las mujeres en Afganistán. Los documentalistas filmaron un extenso informe sobre Gulnaz y otras mujeres a cara descubierta. La UE decidió poner fin al proyecto porque, según explica la cadena, la seguridad de las mujeres podría correr peligro al ser identificadas.
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