El Ayuntamiento de Barcelona pagará por el misterioso accidente del pavo real

El confuso accidente entre un pavo real y un coche que circulaba a la altura del zoológico de Barcelona sigue sin esclarecerse, pero los daños causados al vehículo los asumirá el Ayuntamiento barcelonés. El Consistorio pretende zanjar así un episodio causado por la probable fuga del animal del zoológico y en el que se ha involucrado hasta el Síndic de Greuges municipal ante la lentitud con que el Ayuntamiento estaba tramitando la devolución del dinero. El informe de la Guardia Urbana concluye que el pavo real escapo del zoológico pese a que no pudo confirmar su procedencia y el Zoo tampoco notificó en su día la desaparición del animal.

Los hechos ocurrieron en abril de 2010, cuando dos hermanos circulaban en un vehículo a la altura por la Ronda Litoral a la altura del zoológico y un animal que entonces no pudieron identificar se abalanzó sobre el coche. Tras el susto inicial, la Guardia Urbana se desplazó a la zona para esclarecer lo ocurrido. El informe de los agentes relata que hallaron un pavo real muerto en el carril izquierdo de la Ronda y que avisaron al servicio de mantenimiento de la vía para retirar el animal, que según la síndica fue posteriormente incinerado. Los agentes señalan que por el tipo de ave y la proximidad del zoológico, el animal se escapó de las instalaciones municipales. Sin embargo, nadie del zoo notificó su desaparición ni los agentes identificaron algún tipo de marca o chip que detallara la procedencia del animal.

Tras consultarlo con los agentes, los hermanos decidieron presentar una reclamación al Ayuntamiento por los daños que el pavo real causó al coche por un importe que no ha trascendido. El zoológico se negó a aceptar la reclamación porque no le constaba que aquella noche hubiese escapado algún animal. La empresa municipal que gestiona el zoológico, Barcelona de Serveis Municipals (B:SM), ha comunicado finalmente a la síndica que asumirá el pago de los daños.

El Ayuntamiento disponía de seis meses para decidir si tenía responsabilidad patrimonial y debía indemnizar a los afectados, pero en este caso aún no había tramitado la reclamación más de un año después de que la Guardia Urbana apuntara a que el accidente lo provocó un animal escapado del zoológico.

Los hermanos presentaron el caso a la síndica, que estimó la queja ante la lenta tramitación de responsabilidad patrimonial del Ayuntamiento. Para Vila, aunque no se haya podido demostrar con certeza la procedencia del animal, el hecho de que la empresa municipal acepte desembolsar el dinero supone que asume la responsabilidad del siniestro.

No sería el primer caso de un animal que escapa del zoológico: el pasado marzo, dos lobas saltaron la reja de las instalaciones, de unos tres metros de alto. Esta fuga originó un amplio dispositivo policial para buscar a los ejemplares que paralizó la actividad del zoo y el barrio vecino del Born. Los agentes encontraron los animales en otra zona del interior del zoológico, mientras la valla que rodea el habitáculo de estos animales se incrementó en un metro para evitar que escapara otro lobo.