Cataluña reduce la mortalidad por embolia el 15% en los últimos cinco años
La Generalitat lanza una campaña para informar a los ciudadanos sobre cómo reaccionar ante esta enfermedad cerebrovascular
La mortalidad causada por el ictus o embolia se ha reducido cerca del 15% en los últimos cinco años en Cataluña: esta enfermedad cerebrovascular causada por la falta de riego sanguíneo en las células nerviosas del área cerebral ha pasado de provocar la muerte al 15,6% de casos en 2005 al 13,2% en 2010. Ello pese al aumento de casos, que el año pasado se incrementaron el 7% y afectaron a cerca de 15.000 personas, ha informado hoy la Generalitat coincidiendo con el Día Mundial del Ictus. El Departamento de Salud ha añadido que lanzará una campaña informativa para que los ciudadanos aprendan a detectar a tiempo la aparición de un episodio de embolia, lo que reduce notablemente las secuelas que ocasiona.
El ictus consiste en una alteración brusca de la circulación sanguínea en el cerebro, en el 85% de casos debido a que se obstruye una arteria que interrumpe el riego en una zona determinada. "Es una enfermedad que no se considera importante pero lo es", ha advertido el doctor Miquel Gallofre, responsable del plan director de enfermedades cerebrovasculares de Salud. La embolia supone la primera causa de muerte en mujeres y la tercera para los hombres, ha destacado. Padecer un ictus que pase desapercibido multiplica por cinco la posibilidad de sufrir secuelas que generen algún tipo de demencia, por lo que la Generalitat alerta que lo principal es actuar con rapidez.
"No pierda tiempo"
Salud realizará durante noviembre una campaña informativa para enseñar a reconocer los síntomas y cómo actuar, mediante la distribución de 4.000 carteles informativos en los centros de salud con el título 'No pierda tiempo, ganará cerebro'.
Cuando se produce un ictus, los fármacos actuales sólo actúan si se administran cuando no han pasado más de cuatro horas del derrame, circunstancia que no siempre se produce porque la mitad de casos "llegan demasiado tarde", señaló Gallofre. Por ello la detección rápida es una baza esencial: si una persona de repente tiene dificultad para hablar, pierde fuerza muscular y le falla la visión, puede estar padeciendo una embolia. "Pedirle que se ría, que hable y que levante los brazos cuando parece que se recupere es clave. Si es incapaz de hacerlo, es muy probable que haya tenido un ictus", ha concluido el médico.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.