Los exresponsables de la nuclear Ascó imputados por la fuga de 2007 se niegan a declarar
Otros dos exmandos están citados el viernes ante la juez de Gandesa
El exdirector de la central nuclear de Ascó I Rafael Gasca y el exjefe del servicio de protección radiológica Francesc G.T. se han negado a declarar hoy ante la titular del Juzgado de Instrucción de Gandesa en relación a la fuga radiactiva de noviembre de 2007 y han pedido hacerlo cuando se presenten las pruebas periciales y la documentación del caso que se han reclamado.
En un auto fechado el 10 de febrero, la juez admitió a trámite la querella presentada por Fiscalía de Medio Ambiente y abrió diligencias para practicar nuevas pruebas. El jefe de explotación Jordi S.R. y el inspector residente del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Antonio G.R., también imputados, están llamados a declarar este viernes.
La denuncia de Fiscalía se centraba en los hechos que ocurrieron en noviembre de 2007, cuando la central de Ascó I emitió al exterior partículas radioactivas de la que no informó hasta abril del año siguiente, y que ya ocasionó en 2009 la imposición de una multa de 15,39 millones de euros por parte del Ministerio de Industria, la más alta de la historia nuclear española. La Fiscalía atribuye a los cuatro acusados la posible comisión de un delito contra la seguridad colectiva por exposición de radiaciones ionizantes debida a una "imprudencia grave". Además, el fiscal aprecia la comisión de un posible delito contra el medio ambiente, otro contra los derechos de los trabajadores y un cuarto por falsedad documental.
En su denuncia, el servicio de Medio Ambiente de la Fiscalía recuerda que fueron halladas partículas radiactivas en la orilla opuesta del río Ebro, en una chatarrería situada a 60 kilómetros de Ascó, e incluso en el zapato de un trabajador que salía de la central, mientras que "no se cancelaron las visitas de grupos de estudiantes a la central" una vez conocida la fuga y dispersión de partículas. Según el fiscal, el suceso se produjo mientras finalizaba la recarga de combustible, cuando un trabajador novel "siguiendo instrucciones verbales" vació de forma indebida un recipiente con 50 litros de líquido radiactivo que saltó a la rejilla de aspiración del circuito de ventilación de la central -que además no tenía en funcionamiento el sistema de ventilación de emergencia que habría evitado la emisión al exterior-.
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