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Admiten el derecho a voto a un joven con síndrome de Down

Una sentencia le declara apto para casarse, testar y disponer de rentas

Una sentencia de la Audiencia Provincial de Guipúzcoa reconoce a un joven de esta provincia con síndrome de Down los derechos a voto, a casarse, a testar y a disponer de las rentas de su trabajo, revocando parcialmente una resolución previa de un Juzgado de Irún que lo declaró "totalmente incapaz". La Fiscalía de Protección de Discapacitados y Tutelas recurrió la decisión ante la Audiencia Provincial, que ahora le ha dado la razón al decretar la incapacitación "parcial" del joven.

La Sala ha accedido también a la petición del Ministerio Público de que los progenitores conserven parcialmente la patria potestad, así como la representación del joven en "actos de administración extraordinarios" y que puedan asistirle en la gestión de su patrimonio y en las decisiones personales "de especial trascendencia".

Es capaz de hacer la compra, cocinar y colaborar en las tareas domésticas
Para los forenses, es una persona "autónoma para la vida diaria"

Para ello, la Fiscalía pidió en su recurso que se valorara "la notable integración social y grado de autonomía personal" del chico "a pesar de su discapacidad" y que se tuviera en cuenta que, dado su alto grado de comprensión de la realidad, su incapacitación total podría conllevar "una repercusión negativa" en los "progresos" que había logrado "tanto en el ámbito laboral como en sus relaciones sociales y familiares".

Los forenses describieron al joven, según el escrito del fiscal, como una persona "autónoma para las actividades de la vida diaria", ya que "acude a diario a su trabajo usando el transporte público", sabe leer y escribir, "así como resolver pequeños conflictos con los que puede encontrarse" de forma cotidiana, pues el retraso mental que padece es "moderado".

El recurso del fiscal también se apoyó en los testimonios de los familiares más directos del chico, quienes declararon que gestiona su abono de transporte, se desplaza a trabajar por sí solo, e incluso "resuelve incidencias" como cuando unas obras alteran sus recorridos en medios de transporte públicos. Los allegados del joven también declararon que éste es capaz de hacer las compras, cocinar comidas básicas, ordenar su habitación y colaborar en las tareas domésticas "como cualquier otro miembro de la familia". Tiene su propia cuadrilla de amigos, puede aprender nuevas tareas y maneja su propio dinero, que obtiene de dos trabajos distintos, aunque suele ir acompañado al banco "por si hay algún problema, pero no porque lo precise estrictamente". Una de sus hermanas opinó incluso que el joven "tendría capacidad para vivir por su cuenta" y solo necesita "apoyo u orientación" para asuntos económicos.

Finalmente, el fiscal apeló a la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, "de imperativa aplicación".

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