Salud retira dos disfraces de Halloween por riesgo de asfixia

Halloween se ha consolidado ya en el calendario festivo nacional y los disfraces de calabaza, vampiro o bruja se convierten en negocio asegurado. Pero antes de decidirse por uno, conviene asegurarse de que cumple con todas las garantías de seguridad, sobre todo cuando van destinados a niños. La Junta de Andalucía ha difundido una serie de recomendaciones para evitar sobresaltos. Las principales: comprobar que el etiquetado y las instrucciones de uso estén escritas en castellano y asegurarse de que el fabricante esté claramente identificado.

Cuando el disfraz es para menores de 14 años, el artículo tiene la consideración de juguete y se le aplica la legislación correspondiente a estos, por lo que debe llevar marcadas las siglas CE que acreditan que cumple la normativa en materia de seguridad. En lo que va de año, la dirección general de Consumo, dependiente de la Consejería de Salud, ha detectado 106 artículos correspondientes a dos alertas que ya estaban incluidas en la Red de Alerta de Productos de Consumo, en concreto, un disfraz de bruja-vampiresa (talla 5-6 años) y una máscara de Halloween. Ambos productos presentan riesgo de asfixia.

Ante la proximidad de Halloween, la Junta de Andalucía ha realizado durante el mes de septiembre una campaña de inspección de etiquetas y composición de disfraces, caretas, máscaras y otros artículos destinados a niños. Respecto al etiquetado, de los 39 artículos controlados, sólo dos han presentado defectos. Otros 12 controles se encuentran aún en trámite. Asimismo, de las siete tomas de muestra para inspeccionar los materiales (3 disfraces, 2 máscaras y 2 caretas) de las que ya se tienen resultados, 2 han presentado incumplimientos. Se trata de un disfraz de Popeye y de otro de Superman, que incumplen las normas sobre inflamabilidad. Se está a la espera de conocer el resultado de los análisis del resto de tomas de muestras hasta las 44 realizadas en dicha campaña.