_
_
_
_

Bajar la frecuencia de los latidos aumenta la supervivencia tras una insuficiencia cardiaca

La probabilidad de morir y los reingresos bajan un 20%.- En España se podrían salvar 13.000 vidas

Hipertensión, colesterol, sal, tabaco... y frecuencia cardiaca. El número de pulsaciones por minuto del corazón es un factor de riesgo en las personas que han tenido ya un problema de insuficiencia cardiaca, según ha puesto de manifiesto el estudio Shift (acrónimo en inglés de un trabajo que se podría traducir como Ensayo sobre Inhibición de la Frecuencia tras un fallo Sistólico del Corazón). En concreto, reducir la frecuencia por debajo de 70 pulsaciones por minuto se traduce en un descenso de la mortalidad a cuatro años del 20%, y en una reducción similar de los ingresos hospitalarios. Es una cifra destacable. En España aproximadamente 1,3 millones de personas han tenido ya un episodio de insuficiencia cardiaca, y se calcula que aproximadamente la mitad morirá antes de los cinco años. Reducir por tanto esta cifra un 20% implica salvar unas 13.000 vidas.

Los datos del ensayo fueron presentados en el último congreso de la Sociedad Europea de Cardiología, y, para el público español, la semana pasada por los cardiólogos Francisco Fernández-Avilés (Hospital Gregorio Marañón, Madrid) y José Luis López Sendón (Hospital de La Paz, Madrid).

"La insuficiencia cardiaca aparece cuando el corazón no es capaz de bombear la suficiente sangre", explicó López Sendón. Es una dolencia "muy frecuente y muy letal". Tanto, que entre los tumores prácticamente solo el de páncreas tiene peor diagnóstico, dijo el experto. Y si las probabilidades de morir son altas, también lo son las de reingresar en un hospital. "Un 35% o 40% lo hace antes de los tres meses", añadió. López Sendón explicó gráficamente el efecto de este añadido: "Es como si el corazón tuviera un cupo de latidos que podemos usar a lo largo de la vida". Por eso, al bajar este ritmo, se alarga la supervivencia. O, al revés: "A más frecuencia cardiaca, menos tiempo de vida".

El ensayo probó la "terapia óptima" que se da en estos casos (betabloqueantes, IECAS, diuréticos), con otra a la que se añadió un fármaco que baja la frecuencia cardiaca (se usó ivabradina), contó Fernández-Avilés. Participaron más de 6.500 pacientes de 700 centros de 37 países. De ellos, 77 eran españoles, que estaban siendo tratados en 19 centros. Los más beneficiados eran los que más bajaban la frecuencia cardiaca. No hay un máximo, indicó López-Avilés, pero sí se vio que por debajo de 60 era mejor que de 70. Estas cifras son solo orientativas. La frecuencia cardiaca es un factor poco estudiado, coincidieron los expertos, que recordaron cómo hace 40 años las guías clínicas de la Organización Mundial de la Salud consideraban que una tensión arterial de 150-80 era normal, y ahora se busca que las personas tengan alrededor de 110-70.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_