La "ley del silencio" permite a un padre violar a sus hijas durante 25 años en Reino Unido
Los servicios de protección social no hicieron nada a pesar de las evidencias de abusos y maltrato
Al menos 25 años de constantes violaciones, 18 embarazos, 67 cambios de domicilio, continuas denuncias por maltrato, y la lista continúa. Es el saldo que ha dejado a una familia británica el largo listado de errores que han acumulado profesionales médicos, asistentes sociales, policías o profesores durante 35 años. El caso de un padre que violó a sus dos hijas durante la mayor parte de su vida sin que nadie hiciese nada ha estremecido a Reino Unido. Y no por la brutalidad de los delitos, sino porque un informe elaborado 18 meses después de que el hombre haya sido condenado a 25 cadenas perpetuas revela que, en no pocas ocasiones, hubo quien se dio cuenta de que en esa familia ocurría algo.
Hasta 100 profesionales estuvieron al tanto de la situación entre 1973 y 2008 (cuando fue detenido el padre), período en el que la familia mantuvo contacto con hasta 28 agencias asistenciales, según The Guardian. El informe, que responde a la petición del juez de saber qué "habían estado haciendo (los profesionales) durante los últimos 20 años", ha obligado a las autoridades de la ciudad de Sheffield y el condado de Lincolnshire a pedir disculpas por haberse rendido a la "ley del silencio", según el documento.
"En varias ocasiones el personal escolar, hospitalario y de las ambulancias había expresado preocupación acerca del abandono, la higiene de los niños, la conducta o el comportamiento de los padres", cita el informe. Las dos niñas y un tercer hermano varón pasaban largas temporadas sin asistir a clase. La familia había denunciado abusos sexuales hasta en siete ocasiones y a las hermanas se les había preguntado hasta 23 veces la paternidad de los niños que esperaban las 18 veces que, entre las dos, su propio padre las dejó embarazadas.
Ni tan siquiera en 1992, cuando la madre abandonó el domicilio después de varias fugas y estancias en un refugio, actuaron las autoridades. Se escapó y dejó a los tres niños con el padre, a quien la prensa ha aprodado el Fritz británico (en referencia al monstruo de Amsteten). Después, se marchó el hermano, con 15 años. Antes, la familia se había mudado unas 67 veces, siempre entre las localidades de Sheffield y Lincoln. Así se mantenían un paso por delante de quien pudiera sospechar y denunciar la situación.
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