Olentzero tiene compañía
El célebre carbonero comparte protagonismo cada Navidad con otros personajes.- La sociedad de consumo ha impedido su preeminencia
El Olentzero se colará la noche del jueves en casa de los niños vascos para dejarles los regalos que han pedido en sus cartas. Días más tarde, el cinco de enero, les tocará el turno a los Reyes Magos, que también obsequiarán a muchos pequeños, aunque en algunos casos sólo sea para completar el pedido hecho días antes al carbonero. Así mismo, habrá quienes reciban sus juguetes de manos de Papá Noel, otra figura, minoritaria, pero también presente en Euskadi en Navidad. La diversidad de estos símbolos en el País Vasco está plenamente asumida por una sociedad "secularizada" que se explica sobre la base de la "lógica de consumo" imperante, según explica el sociólogo Ander Gurrutxaga.
La diversidad de símbolos está plenamente asumida por la sociedad vasca
Los niños, de mentalidad pragmática, aceptan que haya varias figuras
El nacionalismo trató, "muy al comienzo" de la Transición, según el experto, "etnizar" el principal símbolo de las fiestas dando protagonismo al Olentzero, un personaje que "no estaba en el catálogo oficial" de personajes navideños. Después, esos mismos sectores trataron de "jerarquizar" los personajes navideños para dar más relevancia al carbonero frente a los Reyes, algo que nunca prosperó del todo al ser "engullido por la sociedad de consumo", lo que dio paso a un fenómeno que, en palabras de Gurrutxaga, "no se sostiene". "En diez días aparecen tres personajes que traen regalos y el niño espera que todos le dejen algo. ¿Cómo le vendes ese fenómeno? Es inexplicable", sostiene el sociólogo. Aún así, los más pequeños han asumido con naturalidad que a uno de sus compañeros de pupitre le visite el Olentzero y que a otro le haga regalos Papá Noel por el "pragmatismo" que rige la mentalidad infantil. Aun así, todo ello genera "referencias confusas" entre los niños.
Otro factor que ha influido en la proliferación de personajes navideños es que la búsqueda de "diversión" se ha convertido en una de las principales prioridades de la sociedad. Por eso, también se han asimilado otras celebraciones, como la de Halloween, que nunca estuvieron marcadas en rojo en nuestro calendario.
En la actualidad, en una sociedad "cada vez más rica", la Navidad se asocia a los regalos, al despilfarro. "Si no hay regalos, es como si no se celebrase", reflexiona Gurrutxaga. Ahora bien, aún perviven, aunque "más difusos" por la "individualización" que exalta la sociedad actual, los valores positivos que siempre habían estado unidos a la Navidad, como la solidaridad, la bondad, la generosidad. A ello se une la "consideración central" que los niños ostentan en nuestra sociedad, que les ha convertido en los "reyes de la casa", apunta Gurrutxaga.
Olentzero recibirá hoy a los más pequeños de las tres capitales vascas. En Bilbao y Vitoria escuchará sus peticiones a las 11.00, en el Teatro Arriaga y en el Ayuntamiento, respectivamente. Los niños donostiarras podrán darles sus cartas a las 18.30 en el quiosco del Boulevard.
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