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La obesidad escapa a los encasillamientos

Investigadores de 27 grupos discuten en La Toja las causas y los tratamientos de la epidemia

¿Los genes? ¿La dieta? ¿El ejercicio? ¿Otros factores? Intentar acotar las causas y las mejores vías para tratar la obesidad es uno de los objetivos del III Simposio del Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Obesidad y Nutrición (Ciberobn) que se está celebrando en La Toja (Pontevedra). Representantes de los 27 grupos de investigadores que trabajan en esta red discutieron los últimos avances y las nuevas fronteras de una enfermedad que ya afecta al 20% de los adultos españoles.

Una de las conclusiones claras es que la obesidad es una enfermedad multigenética. María Jesús Obregón, del Ciberobn, expuso los resulatdos de un trabajo en el que se analizaron más de 29.000 genes, y se detectaron que casi 600 están sobreexpresados en las personas con obesidad, y otros 800, en cambio, estaban reprimidos. Esto complica mucho la posibilidad de una terapia génica, aunque indica posibilidades de tratamiento.

Porque, además, la obesidad no es única. En un congreso tan especializado, la diferencia entre al visceral (grasa pegada a órganos como el hígado) y la subcutánea fue clave de varias de las intervenciones. Ello explica que pueda haber personas que aunque estén gordas no se beneficien de técnicas como la liposucción, que sólo retira la parte más superficial.

Francisco José Tinahones, cuyo grupo del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga también está integrado en el Ciberobn, expuso la relación que había entre los antibióticos, la flora bacteriana (microbiota en terminología científica) y obesidad. Este campo ya se conoce desde hace años por el efecto que tienen los antibióticos en los animales, explicó, por lo que no se puede descartar que haya una relación entre la variedad de los microorganismos que pueblan el aparto digestivo y la tendencia a engordar. En líneas generales, cuando aumenta la flora intestinal se engorda menos, ya que parte de los nutrientes que ingerimos son utilizados por las bacterias para su propio metabolismo, aunque en algunos casos puede suceder lo contrario: con algunos alimentos, hace falta que los microorganismos hagan una predigestión, y luego el ser humano los aprovecha (para bien si la cantidad es la adecuada, o para engordar si es excesiva). Aquí también entran en acción los llamados alimentos prebióticos, que sirven no tanto para alimentar a las personas, como para nutrir y enriquecer la flora, lo que puede ser beneficioso, aunque "hay que tener cuidado con la publicidad", casi siempre exagerada "cuando no falsa" que se les hace, advirtió Francesc Villaroya.

Dos de los invitados estrella a las joradas, Kirsi Virtanen, de la Universidad de Turku (Finlandia), y Saverio Cinti, de la de Ancona (Italia), destacaron el papel que juega el llamado tejido adiposo marrón como fuente de energía, pero también cómo éste se puede convertir en tejido adiposo blanco (grasa) si las condiciones son las adecuadas (alta temperatura, abundancia de nutrientes).

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