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Juan Luis Cano: "O la gente se mueve o no habrá futuro"

Esta entrevista tiene un prólogo en Almería, donde Juan Luis Cano participa en la entrega anual de los Premios Duna, que concede el Grupo Ecologista Mediterráneo a quienes destacan por su compromiso medioambiental. "Le llamamos medio ambiente porque el otro medio ya se lo han cargado", repite la frase que acuñó Gomaespuma (el dúo formado por Cano y Guillermo Fesser) a mediados de los noventa, cuando dedicaba a ecología un espacio de su programa radiofónico en la SER. Denuncia "la especulación que sirve para financiar ilegalmente los partidos" y asegura que "se consiguen cosas si uno se moviliza". Sabe de lo que habla. Un par de semanas más tarde, en una cafetería de Torrelodones (norte de Madrid), donde vive, el periodista anuncia que el movimiento ciudadano al que pertenece ha logrado parar un macroproyecto urbanístico en un paraje natural protegido: la única lengua verde que queda entre la cuenca alta del Manzanares y la cuenca media del Guadarrama.

"Nos han vendido la película falsa de que la edificación es riqueza. Y eso es mentira"

¿Cómo se pone en marcha esta lucha?

Unos vecinos se enteran de un proyecto del PP de Torrelodones para recalificar una zona protegida y dar el clásico pelotazo: viviendas, campo de golf, hotel, oficinas.

El pack completo.

Efectivamente. Nos incorporamos más vecinos y nace Torrenat, una asociación de protección del medio ambiente. Salimos en los medios de comunicación e incluso llegamos a Bruselas, al Parlamento Europeo. Nos damos cuenta de que o nos metemos en política municipal o no tenemos nada que hacer, y fundamos Vecinos de Torrelodones, que se presenta a las elecciones de 2007 y sale como primer partido de la oposición.

Esos pelotazos de los que usted habla, ¿no vienen en parte de la desmovilización y la apatía ciudadana?

Y la solución es que los ciudadanos digan ¡basta! y pasen a la acción. Nos hemos dormido y convertido en pasotas, hemos dado por hecho que la gente que está arriba, gobernándonos, tiene patente de corso. Ahora, con la burbuja inmobiliaria y los escándalos, tenemos que darnos cuenta de que no podemos estar parados.

Defina urbanismo.

Necesario, con lo que tienes que convivir día a día quieras o no y, mal entendido, puede llegar a convertirse en un grave problema. Nos han vendido la película falsa de que la edificación, con todo lo que supone de deterioro medioambiental, es riqueza para un pueblo. Mentira. Puede ser una riqueza a cortísimo plazo, pero a largo plazo significa pobreza.

Y democracia.

No es ir a votar cada cuatro años, sino participar día a día. Lo que más temen los políticos turbios es eso, que el ciudadano opine y que tome decisiones. O hay movimientos vecinales y ciudadanos o el futuro que nos espera es muy triste.

"Mal vamos si la sociedad asume que la especulación, la corrupción y la golfería es lo habitual", declaraba en Almería.

Somos un país de pillos y una democracia muy joven de nuevos ricos: tienes tu adosado con tu miniperro, tu minijardín, tu minipiscina y tu 4×4, y a partir de ahí da igual el resto. Pues no, no puede ser así. Y aprenderemos, esperemos que no demasiado tarde.

¿De dónde le viene su inquietud medioambiental?

A poco que seas curioso y estés al loro de lo que pasa en el mundo, tienes que ser de piedra para no preocuparte. Leí un libro de un australiano que empezaba con una frase que se me quedó clavada: "Hoy día, el problema del medio ambiente es un problema más, dentro de 10 años va a ser el único problema". Vamos a eso.

¿Qué soluciones aportaría?

La comunidad científica tiene que salir de las aulas y los laboratorios a la calle a contar lo que sabe.

Juan Luis Cano se abraza a uno de los árboles del paraje protegido que ha ayudado a salvar en Torrelodones
Juan Luis Cano se abraza a uno de los árboles del paraje protegido que ha ayudado a salvar en TorrelodonesALFREDO ARIAS
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