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La crisis amenaza la lucha contra el sida

Médicos sin Fronteras advierte de que se están negando tratamientos a enfermos que los necesitan

Bajo la excusa de la crisis financiera, los fondos que deberían estar presentes para la lucha contra el sida menguan; nuevos programas, que podrían suponer salvar la vida de enfermos (seis millones necesitan tratamiento ahora), corren el riesgo de ser congelados, mientras que pacientes ya enrolados verán suspendido el acceso a medicamentos que les evitan la muerte. No es la única amenaza a la que se enfrenta la lucha contra el sida en el mundo, de acuerdo con un informe hecho público ayer por Médicos Sin Fronteras (MSF). Titulado ¿Castigando el éxito?, el informe alerta de los crecientes llamamientos para la diversión de fondos de la lucha contra el sida a otras prioridades sanitarias, en un desvestir a un santo para vestir a otro que no va a satisfacer a nadie y que puede poner en la picota los avances obtenidos en la última década contra la enfermedad.

El Fondo Global para la Lucha contra el Sida, Tuberculosis y Malaria, pone como evidencia MSF, debatirá la semana que viene una moción para la cancelación de nuevos proyectos en el año 2010, mientras que PEPFAR, el plan de emergencia del presidente de los Estados Unidos, ha congelado su presupuesto para los dos próximos años, incumpliendo los compromisos adquiridos en 2008. "El apoyo internacional está declinando" dice el informe, "y en países con alta incidencia, los pacientes son rechazados y los médicos forzados a racionar un tratamiento indispensable". Muchos países africanos, el continente con la tasa más elevada de enfermedad, dependen en gran manera de uno de los dos fondos, "por ejemplo, en Uganda, en programas sufragados por PEPFAR ya están negando el tratamiento a nuevos pacientes", explica Tido von Schoen-Angerer, director de la campaña Acceso a Medicinas Esenciales, "corremos el peligro de regresar a la situación de principios de los años 90, en los que se racionaba el tratamiento, cuando dabas medicinas a uno, pero enviabas a otros tres a morir a casa". Entre las causas de la falta de cumplimiento político se encuentra, de acuerdo con von Schoen-Angerer, "la voluntad de los donantes de pasar página y dedicar sus fondos a algo más novedoso, de moda, la crisis financiera es más que una razón, una excusa". MSF considera que para una lucha contra la enfermedad eficaz los fondos deben continuar incrementándose "y llegar a una cobertura del 100%, que es a lo que se comprometieron los líderes mundiales en 2005.

"Congelar o recortar fondos sería una traición internacional", dijo ayer en rueda de prensa en Johannesburgo Eric Gomaere, coordinador médico de MSF en Suráfrica. El informe de MSF constata, además, que en los países en los que el tratamiento se ha hecho más extenso, "no sólo se han salvado vidas, sino que también se ha reducido la mortalidad en general, se han hecho avances en el control de la tuberculosis o de la mortalidad materno-infantil". MSF es consciente de que es necesario dotar de mayores fondos otras áreas de salud, como la malnutrición o la mortalidad materno-infantil, "pero debe ser a base de replicar el éxito de la lucha contra el sida, no en su detrimento, que no beneficia a nadie", considera von Schoen-Angerer. Unusida apunta que los fondos necesarios para la lucha contra el sida en el año 2015 (en teoría con más enfermos en tratamiento) deberían llegar a entre 41.000 y 48.000 millones de dólares. En el 2008 se presupuestaron 22.000 millones, de los que se recaudaron 14.000. La Organización Mundial de la Salud reafirmó ayer la necesidad de acceso universal a retrovirales para el tratamiento de pacientes seropositivos y enfatizó el beneficio clínico de que éstos tomen los medicamentos en los primeros estadios de la enfermedad. Un mayor acceso a retrovirales impacta asimismo en una mayor prevención por parte de la comunidad, en reducción de la transmisión de VIH y en una menor incidencia de tuberculosis.

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