Fallece en Barcelona una mujer por el mal de Creutzfeldt-Jakob

Una mujer de 44 años falleció ayer en Barcelona por la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ), aunque los resultados de la autopsia deberán confirmar si se trata de la variante conocida popularmente como de las vacas locas o de la clásica, provocada por la sustitución de una proteína. La familia de Anuska Galcerán Sagnier ha publicado una esquela en la prensa catalana en la que atribuye su fallecimiento a la variante humana de la Encefalopatía Espongiforme Bovina, vacas locas.

A Anuska Galcerán le fue diagnosticada esta enfermedad en abril de 2008, después de que empezara a sufrir pérdidas de memoria un año antes. Fuentes del Departamento de Salud de la Generalitat señalaron que, a falta de los análisis que durarán varios meses, la víctima falleció de ECJ, de la cual las vacas locas es una de las variantes. Creutzfeldt-Jakob pertenece a un grupo de enfermedades llamadas encefalopatías espongiformes transmisibles que dejan el cerebro con el aspecto de una esponja.

"Es una enfermedad rara, con una incidencia de uno o dos casos por millón de habitantes y año. Se trata de una degeneración del sistema nervioso en la cual hay una sustitución de la proteína criónica normal por una proteína anormal que se llama prión", señala Isidro Ferrer, director del Instituto de Neuropatología del hospital universitario de Bellvitge de Barcelona. Aunque inicialmente se atribuyó la ECJ al consumo de carne de vacuno, la variante esporádica o clásica puede deberse a "una mutación somática por la edad", según el neurólogo Joaquín Escudero.

La última muerte reconocida oficialmente en España por el mal de las vacas locas se produjo en enero en Santander, aunque no fue confirmada por el Gobierno hasta dos meses más tarde. Se sospecha que en todo el mundo han muerto unas 200 personas, la mayoría en Gran Bretaña.