El ex inspector del caso Madeleine pretende reabrir la investigación
El jefe de los detectives cuando desapareció la niña británica ha anunciado que va a denunciar a los padres
El ex inspector Gonçalo Amaral, que fue responsable del caso Madeleine, aseguró hoy que va a denunciar a los padres de la niña británica e intentará que se reabra la investigación sobre su misteriosa desaparición, hace dos años. Amaral fue el jefe de los detectives responsables de investigar la desaparición de la niña británica Madeleine McCann, el 3 de mayo de 2007 en el sur de Portugal, hasta que dimitió meses después sin poder probar la implicación de los padres en su hipotética muerte.
Los progenitores de Madeleine, Kate y Gerry McCann, que siempre negaron su relación con la desaparición de la niña, también expresaron el mes pasado su intención de llevar a los tribunales a Amaral por las acusaciones que formuló contra ellos en un libro publicado el año pasado.
En declaraciones al periódico portugués Diario de Noticias, Amaral indicó hoy que pretende analizar la investigación hecha en 2007 para que sea reabierto el proceso, archivado en julio de 2008 por falta de pruebas sobre el destino que pudo correr la niña. "Es necesario discutir lo que se hizo y lo que se dejó de hacer", declaró el ex inspector, que se jubiló anticipadamente hace dos años tras renunciar a su trabajo en la Policía Judicial.
Antonio Cabrita, uno de los abogados del ex policía, manifestó que la denuncia contra el matrimonio McCann, que incluirá también a su portavoz, Clareance Mitchell, será formulada por las acusaciones de difamación y ofensa al buen nombre de Amaral. El antiguo inspector portugués fue condenado el pasado 22 de mayo a un año y medio de cárcel (que no tendrá que cumplir salvo que cometa otro delito) por falsedades en una causa relacionada con la desaparición, en 2004, de una niña portuguesa.
La sentencia contra Amaral, que fue recurrida por sus abogados, le fue impuesta por el llamado "caso Joana", el nombre de la niña de 8 años desaparecida cuya madre confesó, bajo supuestas torturas de varios policías, haberla matado. En ese juicio Amaral y otros policías fueron acusados de agresiones y torturas a la madre de Joana, Leonor Cipriano, cuyas lesiones, según el tribunal, sólo pudieron producirse en la sede de la Policía de Faro, en la costa del Algarve.
Leonor Cipriano y su hermano Joao fueron condenados a 16 años de cárcel por el Tribunal Supremo luso, por los delitos de homicidio y ocultación del cadáver de la niña pese a que la madre dijo haber sido obligada a confesar bajo tortura. El caso de Leonor Cipriano fue reactivado el año pasado por abogados que, según representantes de Amaral y dirigentes de los sindicatos policiales lusos, están relacionados con letrados y agencias de investigación al servicio de los McCann.
Según los sindicalistas, representantes de Cipriano ofrecieron a los compañeros de Amaral encausados retirar los cargos en su contra si testimoniaban contra el ex inspector. Entretanto, el caso Madeleine continúa siendo un misterio dos años después de que desapareciera la niña del apartamento alquilado por sus padres en Praia de la Luz, en el Algarve, donde dormía con otros dos hermanos más pequeños.
El caso generó una atención mediática sin precedentes y los McCann recaudaron varios millones de euros en donaciones para buscar a Madeleine. Pero todo dio un vuelco cuando la pareja de médicos británicos fue declarada sospechosa formal de la desaparición de su hija por las huellas biológicas de la muerte de la niña que unos sabuesos británicos detectaron en varias de sus pertenencias.
Los McCann fueron exonerados de esas sospechas cuando la Justicia portuguesa cerró el sumario del caso el 21 de julio de 2008 y rechazó, por falta de pruebas, los argumentos de la Policía, que apuntaban a una muerte accidental de la menor y la ocultación de su cadáver por parte de los padres. El pasado 1 de mayo, los McCann difundieron un retrato del posible aspecto que tendrá hoy la niña a la que creen víctima de un rapto.
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