El Vaticano no firmará la Convención de la ONU sobre los derechos de los discapacitados
El observador permanente de la Santa Sede ante Naciones Unidas explica que el texto no incluye una prohibición explícita del aborto
Tras la polémica suscitada este lunes por la negativa del Vaticano a apoyar la despenalización de la homosexualidad que Francia, como presidente de turno de la ONU, presentará ante la Asamblea General, la Santa Sede ha confirmado este martes que tampoco suscribirá la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad por no incluir una prohibición explícita del aborto, según publican los medios italianos.
Un día antes de la jornada internacional de las personas con discapacidad que Naciones Unidas promueve bajo el lema Dignidad y justicia para todos nosotros, fuentes vaticanas han ratificado su ya anunciada negativa a firmar la Convención, aprobada por la Asamblea General en 2006, a pesar de que miembros de la Santa Sede participaron activamente en su elaboración durante cinco años.
Según explicó el observador permanente de la Santa Sede ante la ONU, monseñor Celestino Migliore, el problema reside en los artículos 23 y 25. En el primero, se reconocen los derechos de personas con discapacidad a la planificación familiar, a la "educación reproductiva" y a "los medios necesarios para ejercitar esos derechos", mientras que el 25 garantiza el acceso de los discapacitados a todos los servicios sanitarios, "incluidos los de la salud sexual y reproductora". Para Migliore, no es admisible la expresión "salud sexual y reproductora" ya que en algunos países los servicios sanitarios comprenden al aborto, que niega el derecho a la vida del artículo 10 de la misma Convención.
Migliore quiso dejar claro que "la protección de los derechos, de la dignidad y de los valores de las personas con discapacidad es una de las principales preocupaciones de la Santa Sede", razón por la cual participaron en la redacción del documento. Pero añadió que "era trágico que una imperfección del feto pudiera ser una condición para practicar un aborto", lo cual entraría en contradicción con la propia Convención, porque se negaría "el derecho a la vida de las personas con discapacidad que todavía no han nacido".
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