Badiola: "Resulta difícil hacer previsiones sobre futuros casos de vacas locas en España"
El director del Centro Nacional de Referencia de las Encefalopatías Espongiformes ha respondido a las preguntas de los lectores de ELPAÍS.com
Ayer saltaron todas las alarmas tras conocerse que, en lo que va de año, dos personas han muerto en España por una nueva variante de la encefalopatía humana, la versión del mal de las vacas locas que afecta al ser humano. Juan José Badiola, la máxima autoridad al respecto, se ha prestado a responder a las dudas de los lectores de ELPAÍS.com en una entrevista digital en la que ha confesado que "resulta difícil hacer previsiones sobre la incidencia de futuros casos en España" dadas las características de la enfermedad.
Ante las dudas de los lectores sobre cómo se puede diagnosticar la enfermedad, Badiola ha asegurado que "el único análisis que podría realizarse es la biopsia de la amígdala", prueba que solamente se lleva a cabo "cuando existe sospecha fundada de la existencia de la enfermedad". También ha explicado los síntomas que presenta la enfermedad, que consisten en "trastornos psiquiátricos y del comportamiento que progresan con lentitud", entre los que se encuentra la depresión, ansiedad, delirios y alucinaciones, así como ataxia, "que es el síntoma más destacado, acompañada de movimientos involuntarios y distonía". En cuanto al periodo de incubación, "se estima entre siete y diez años". Sin embargo, puede variar dependiendo del "perfil genético de cada persona".
Por otra parte, Badiola ha querido aclarar también los tejidos que tienen más probabilidades de estar infectados, entre los que se encuentran "el sistema nervioso central, ganglios nerviosos raquídeos, retina e intestino". Sin embargo, "la carne está constituida fundamentalmente por músculo, y el músculo no se considera un tejido infectivo".
El origen de las "vacas locas"
Los lectores también han querido saber el origen de esta enfermedad. "Se han formulado diversas hipótesis para explicar la aparición de la enfermedad en el Reino Unido. En la actualidad, se atribuye al consumo por parte de vacas sanas de piensos elaborados con harinas de carne y hueso contaminadas y de origen rumiante procedentes de restos de mataderos".
En cuanto a la transmisión de la enfermedad a las personas, son varias las posibilidades, entre las que se encuentran "la vía alimentaria, a través del consumo de tejidos contaminados, y la vía cutánea", incluyendo casos de contaminación a través de transfusiones de sangre de personas infectadas a personas sanas.
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