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Los españoles igualan en estatura a la mayoría de los europeos

Un estudio de cinco hospitales arroja que también son más gordos que hace veinte años

Los españoles ya son tan altos como la mayoría de sus vecinos europeos, según un estudio elaborado conjuntamente por cinco hospitales universitarios a partir de las mediciones de algo más de 32.000 personas entre los años 2000 y 2004. El dato preocupante es que, además de ser más altos, también son más gordos que hace dos décadas, lo que confirma la tendencia creciente al sobrepeso y a la obesidad de la población española, que presenta niveles similares a los de la población norteamericana, sobre todo entre los hombres.

En el trabajo, coordinado por el jefe del Servicio de Pediatría del hospital del Vall d'Hebron de Barcelona, Antonio Carrascosa, han participado especialistas en pediatría y endocrinología pediátrica de los hospitales Vall d'Hebron, del Universitario de Granada, del Universitario de Basurto, del Universitario Miguel Servet de Zaragoza y del Universitario Carlos Haya de Málaga.

Los hombres españoles han crecido en altura entre 1,4 y 3,4 centímetros, mientras que la población femenina lo ha hecho entre 2,6 y 4,2 centímetros, un incremento que nos ha equiparado en medidas anatómicas con la mayoría de los europeos, excepto con alemanes, holandeses y suecos, que siguen siendo los más altos.

Subida de 2,18 puntos del índice de masa corporal

También se ha visto que tanto en hombres como en mujeres, pero mucho más en la población masculina, se ha producido un incremento desproporcionado en el peso respecto de la talla, con una subida de 2,18 puntos del índice de masa corporal (IMC), y de 3,7 a 5,3 puntos en aquellas personas con un IMC superior a la media.

Antonio Carrascosa ha señalado que aquellos con una complexión más delgada han ganado peso proporcional a la altura ganada, pero que aquellos con una complexión más gruesa "han ganado más peso que la altura que les corresponde". "Se da una desproporción", ha remarcado, y España supone "un hecho diferencial" respecto al resto de países europeos.

Esto confirma, según ha indicado, la tendencia creciente al sobrepeso y a la obesidad de la población española, sobre todo en la masculina, en unos niveles similares a los de la población norteamericana, y superiores a los del resto de Europa.

Estos desórdenes, que comienzan a manifestarse a partir de los tres años, se mantienen hasta la edad adulta, siendo más signifcativos entre los adolescentes que entre las adolescentes. El IMC de las niñas cuando llegan a la edad adulta es similar al de otras poblaciones europeas e inferior al de las norteamericanas. En cambio, los adolescentes tienen un IMC superior al de los europeos y más parecido al de la población de Estados Unidos.

Antonio Carrascosa ha considerado que el hecho de que sean los adolesentes los que tiendan a la obesidad y no las adolescentes se debe a que éstas cuidan "mucho más" su imagen corporal, lo que ha llevado a casos en que el IMC de chicos de 14 años fuera superior al que luego registraron con 16 o 18 años.

Para los expertos, la mejora de las condiciones de vida, de la alimentación y la erradicación de muchas enfermedades han hecho posible estos crecimientos.

Se triplica la obesidad infantil

El coordinador del estudio ha explicado que hace 20 años el porcentaje de obesidad entre niños y adolescentes era de un 5%, pero que ahora "se ha triplicado", lo que significa que, de continuar así, "por primera vez en la sociedad del desarrollo los niños y adolescentes pueden tener unas expectativas de vida menores que sus progenitores".

Carrascosa ha enumerado como causas del aumento de la obesidad el desarrollo en la especie humana de un "genotipo ahorrador", que se adapta mejor a momentos de penuria de recursos alimentarios, pero que no lo está para la "sobreabundancia" de la sociedad del bienestar, lo que favorece el desarrollo de la obesidad.

Otros motivos del aumento de la obesidad para el pediatra del Vall d'Hebron es que los adolescentes "han dejado de moverse" y prefieren "estar sentados ante el televisor o el ordenador", y que la manera de comer también ha cambiado, aumentando el consumo de alimentos preparados con "gran aporte energético" y dejando de lado las verduras y hortalizas.

Antonio Carrascosa ha resumido, para explicar el incremento del sobrepeso, que, sobre "unos genes preparados para la adversidad", confluyen la abundancia de nutrientes y una disminución de la actividad física.

De la muestra en la que se basa el estudio, 15.457 personas eran mujeres y 16.607 hombres de Barcelona, Bilbao, Zaragoza y Andalucía, zonas que se tomaron como referencia y entre las que las diferencias fueron casi inexistentes.

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