La CBS despide a su locutor estrella por racismo
Don Imus calificó a las jugadoras negras de baloncesto de "putas con pelo desaliñado"
De poco le ha valido a Don Imus, de 66 años y con más de 40 en las ondas, pedir disculpas por sus comentarios e insultos racistas vertidos durante una retransmisión deportiva. La CBS ha cedido a las presiones de muchos ámbitos de la sociedad estadounidense y ha despedido al locutor de raza blanca que ha forjado toda su carrera lanzando exabruptos cargados de misoginia y homofobia.
El periodista ya había sido suspendido por dos semanas debido a sus comentarios xenófobos -su último programa se emitió el pasado martes- pero no parecía una medida lo suficientemente contundente para dar respuesta a las ofensas vertidas por el veterano comunicador.
Imus cavó su fosa como periodista hace dos semanas. Comentaba junto a su productor McGuirk la final del partido de baloncesto de la liga universitaria femenina estadounidense, que acababa de concluir entre Rutgers y Tennessee. "Son duras estas chicas de Rutgers", dijo Imus. "Tienen hasta tatuajes, tío", prosiguió. A lo que McGuirk respondió: "Rameras fuertes". Y entonces Imus pronunció la frase que le ha costado la cabeza en la CBS: "Te digo algo, las que están ahí fuera son unas mujerzuelas de pelo desgreñado". Ocho jugadoras de Rutgers son negras. Y lo que Imus utilizó para censurarlas fue una frase hecha con un tono claramente peyorativo: nappy-headed hos. Hos es una traducción libre en slang de whore (puta en inglés), y nappy-headed es una manera despectiva de describir el pelo sin peinar de las mujeres de raza negra.
Estas afirmaciones expresadas en el programa de radio, que realizaba en la emisora WFAN-AM en Nueva York, propiedad de la cadena CBS y que se emitía simultáneamente por MSNBC, desató una intensa oleada de protestas. Numerosos activistas de la comunidad afroamericana - desde el líder negro Al Sharpton hasta el también negro reverendo que en su día tuvo aspiraciones a la Casa Blanca Jesse Jackson- reclamaron su despido y muchas personalidades advirtieron que mientras Imus continuara en la radio no acudirían de nuevo a los micrófonos de CBS. Además, varias grandes empresas amenazaron con retirar su publicidad del espacio pilotado por Imus, entre ellas American Express, Procter & Gamble y General Motors. El despido estaba cantado.
"Mariquita gordo" y "comadreja"
El locutor pidió con poco éxito perdón en reiteradas ocasiones en los últimos días: "El castigo (en referencia a la suspensión inicial) es apropiado, pero no soy un racista", se defendió. "Lo que hice fue cometer un error estúpido, idiota, en un contexto de comicidad", manifestó Imus en su show matutino, transmitido por CBS Radio y MSNBC.
No es la primera vez que Imus escupe veneno por la boca. Durante su larga carrera, Imus calificó al ex secretario de Estado Colin Powell de "comadreja resoplante" y al gobernador de Nuevo México de "mariquita gordo". Asimismo dirigió en alguna ocasión sus dardos envenenados a periodistas afroamericanos como Gwen Ilfill, que cubría la información de la Casa Blanca para The New York Times, o William Rhoden, del mismo rotativo.
El presidente y consejero delegado de CBS, Leslie Moonves, ha reconocido que en la decisión de la empresa había pesado el efecto que las palabras de Imus pudieran tener "en las jóvenes de color que están tratando de abrirse un camino en esta sociedad". El despido de Imus no supone solo la caída de uno de los locutores más importantes e influyentes del país, sino que supondrá un golpe económico para CBS, que ingresaba con su programa unos 15 millones de dólares anuales, según medios financieros.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.