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El Vaticano pide a los funcionarios que no casen a los gays "aunque pierdan su trabajo"

El Gobierno explica que las creencias religiosas no permiten a nadie incumplir la ley

El Congreso de los Diputados aprobó ayer la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo. El Vaticano ha calificado esta medida de "vergüenza", "cáncer", "atentado contra la verdad de la vida" y una "ofensa al hombre". Además, ha pedido a los funcionarios encargados de administrar estas uniones legales que se nieguen alegando objeción de conciencia. El Gobierno español ha dicho que la Iglesia puede manifestase "con absoluta libertad" en "su territorio", pero que los funcionarios deben cumplir la ley.

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La reforma legal fue impulsada por el Ejecutivo socialista como una de las medidas sociales más importantes de la legislatura, y fue aprobada por el Parlamento con una mayoría del 57% de los diputados presentes. El presidente del Consejo Pontificio para la Familia, el cardenal colombiano Alfonso López Trujillo, ha tachado este porcentaje de "mayoría restringida", y ha acusado a "España" de "destruir la familia, ladrillo a ladrillo". Para Trujillo, la familia "es un don recíproco total entre hombre y mujer que exige la fidelidad en el tiempo, la exclusividad, la apertura a una nueva vida y a los hijos".

En una entrevista publicada hoy en el diario italiano Corriere della Sera, Trujillo señala que el nuevo Papa, Benedicto XVI, "ha hablado con gran claridad de cómo era destructiva esta ley que abre el camino a la deshumanización". En su opinión, la medida "impone cosas inicuas al pueblo", y por tanto añade: "La Iglesia hace un llamamiento con urgencia a la libertad de conciencia y al deber de oponerse. Hablo de todos los profesionales que tienen que aplicarla: la misma objeción de conciencia que se pide a los médicos y a los enfermeros contra un crimen como el aborto. Todos los cristianos tienen que estar preparados incluso a pagar el precio más alto, quizá hasta la perdida del trabajo". El matrimonio lo pueden administrar jueces, alcaldes y concejales municipales.

"El Gobierno Zapatero está llevando las peores cosas de la izquierda y se está enfrentando contra una tradición que era del pueblo español. Zapatero ha hecho una vergüenza. Espero que en Italia no llegue nunca este cáncer, que atenta contra la verdad de la vida y de los seres humanos", ha añadido Trujillo. El Gobierno Zapatero ha respondido hoy por boca de su vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, que en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros ha reseñado la "absoluta libertad" de la Iglesia "en su territorio, que no es el del Ejecutivo", pero ha recalcado que los funcionarios están para cumplir la ley y que no podrán apelar a objeciones de conciencia.

"La objeción de conciencia no es que los funcionarios del Estado no cumplan las leyes que el Parlamento aprueba en una sociedad democrática", ha dejado claro. Por lo demás, ha añadido: "El Gobierno respeta a la Iglesia y respeta a los ciudadanos con los que tiene compromisos electorales (...), que consisten en ampliar derechos que no interfieren ni perjudican al resto de los ciudadanos". Por eso "no va a confrontar con la Iglesia católica" sino a tratar de mantener la relaciones "históricas" que siempre ha tenido España con la Santa Sede.

Y es que la nueva ley —que aún debe ser refrendada por el Senado— no "restringe ningún derecho a nadie ni perjudica a ninguna familia", pues "a nadie se le obliga a nada", sino que permitirá a todos los ciudadanos "con arreglo al derecho canónico, si quieren, o al derecho civil, si quieren", formar su familia.

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