Rouco niega que los obispos busquen la confrontación y ofrece diálogo al Gobierno

El presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, ha negado hoy que los obispos busquen "la confrontación y la asunción de competencias que no le son propias" cuando expresan en voz alta su rechazo a las principales reformas sociales puestas en marcha por el Gobierno.

En la apertura de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal, Rouco ha vuelto a censurar con dureza el aborto, el matrimonio entre parejas homosexuales, la modificación de la ley del divorcio y la reforma educativa, pero al final de su discurso ha manifestado la disposición de la Iglesia a abrir un "diálogo verdadero en el contexto de una sociedad democrática", especialmente con "las autoridades legítimas a quienes compete la responsabilidad". En todo caso, Rouco ha pintado un sombrío panorama al asegurar que "nos encontramos en la pendiente resbaladiza que conduce del aborto a la eutanasia".

A continuación se exponen las reflexiones de Rouco sobre las iniciativas del Ejecutivo socialista:

Aborto. Rouco ha comenzado su alocución refiriéndose al derecho a la vida y a la necesidad de garantizar su protección jurídica. "Abrir puertas a la desprotección del derecho a la vida es dar alas a los abusos de los más fuertes", ha dicho. A su juicio, esto es lo que ha sucedido con la "legalización del aborto". Es más, entiende que en la actualidad "nos encontramos en la pendiente resbaladiza que conduce del aborto a la eutanasia". Rouco sitúa en este mismo ámbito la investigación con células madre y "el uso de los embriones como cobayas".

Matrimonio. El presidente de la Conferencia Episcopal entiende que "la promoción del derecho a la vida va muy unida a la del bien integral del matrimonio y de la familia". "Las relaciones sexuales no son simplemente un asunto privado (...) son ante todo la dimensión básica de la socialidad humana", subraya. En este sentido se ha mostrado en contra a la "desnaturalización jurídica" del matrimonio que desde su punto de vista supone su extensión a las parejas del mismo sexo. "Desnaturalizar la figura jurídica del matrimonio en lo sustancial, como es su constitución por un varón y una mujer, será imponer a la sociedad en su conjunto una visión irracional de las cosas", ha explicado.

Divorcio. En la misma línea que sobre el matrimonio gay, ha hecho expresado su rechazo a la reforma del divorcio. "Para la familia es fundamental la estabilidad del matrimonio. Dejar la permanencia del vínculo matrimonial al mero arbitrio de los cónyuges mina el bien y el futuro de la familia", ha subrayado.

Reforma educativa. Sobre este punto, ha recalcado que la Iglesia no se opone a que el estudio de la religión sea opcional - "se nos imputa la exigencia, jamás esgrimida por nosotros, de que la religión tendría que ser obligatoria"-, si bien, exige que se respete el derecho de los padres a elegir la formación religiosa y moral de sus hijos que que la clase de religión sea "ofrecida en condiciones dignas y equiparables a las demás".