Los obispos catalanes opinan que la adopción por los gays causará "daños graves" a los niños

A raíz del debate que se ha abierto en el Parlamento de Cataluña sobre el anteproyecto de modificación de las disposiciones legales relacionadas con la adopción por parte de parejas homosexuales, los diez obispos catalanes han señalado hoy que, en su opinión, este tipo de adopciones pueden producir "daños graves" en el desarrollo de los niños y, por tanto, "no contribuirán al bien común de nuestra sociedad".

Los obispos catalanes han dado a conocer hoy su posición, que no varía ni un ápice de la expresada por la Conferencia Espiscopal Española, en la que reiteran que el matrimonio, entendido como la unión de un hombre y una mujer, "es el fundamento de la familia".

En un comunicado, los prelados aseveran que los niños privados de una familia propia "no deben ser sometidos a una nueva prueba, cuyas consecuencias desconocemos", y agregan que "tienen derecho a crecer en un ambiente que se aproxime al máximo al de la familia natural que no tienen".

Los derechos de los niños

Asimismo, hacen un llamamiento a los legisladores para que vigilen por que sean respetados los derechos de todos, especialmente los de los niños, atendiendo a que "la adopción no puede considerarse técnicamente como un derecho del adoptante, sino como un derecho del niño que necesita ser adoptado".

Prosiguen, en este sentido, que es necesario que "los derechos de los niños sean debidamente respetados, ofreciéndoles un ambiente familiar que contribuya a su pleno e integral desarrollo". Por otra parte, dudan de que la iniciativa legislativa del Parlamento responda a una necesidad social y apuestan para que se aprueben nuevas leyes que "faciliten la adopción de niños por parte de los matrimonios que lo pidan".

El posicionamiento de hoy, que surge después de diversos encuentros entre los firmantes, está apoyado por el arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach; por el de Terrassa, Josep Ángel Saiz Meneses; por el de Sant Feliu de Llobregat, Agustí Cortés y por el arzobispo metropolitano de Tarragona, Jaume Pujol. También lo suscriben el obispo de Girona, Carles Soler; el de Lleida, Francesc Xavier Ciuraneta; el de Solsona, Jaume Trasserra; el de Tortosa, Xavier Salinas; el de Urgell, Joan Enric Vives; y el de Vic, Romá Casanova.