Un tribunal anula la primera boda entre homosexuales en Francia

El Tribunal de Gran Instancia de Burdeos ha anulado hoy la primera boda entre dos hombres celebrada el pasado 5 de junio por el alcalde ecologista de Bègles, a las afueras de Burdeos, Noël Mamère, quien fue suspendido por ello de sus funciones. El Ministerio Fiscal pidió la anulación del enlace por indicación del Gobierno, que lo considera contrario al código civil francés.

Durante la audiencia del pasado 29 de junio, la fiscal Marie-Helene de la Landelle sostuvo que la boda era contraria al código civil francés. "No es una cuestión de sociedad, de moral o de filosofía, sino de derecho. Si hay un debate, debe producirse en la Asamblea Nacional, pero no ante un tribunal", declaró entonces la fiscal.

Los abogados de la pareja Stèphane Chapin y Bertrand Charpentier argumentan que ningún artículo de ese código prohíbe el enlace entre dos personas del mismo sexo y que ningún texto define el matrimonio como una unión entre un hombre y una mujer.

La decisión del tribunal supone un revés que ya había previsto el alcalde Noël Mamère, quien anunció su intención de llevar el caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos si fracasaba ante la justicia francesa. Para el Gobierno conservador francés, que se opuso desde el principio a la celebración de esa boda, la nulidad del matrimonio es una victoria esperada.

El primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, dijo antes del enlace que todo alcalde que celebrara bodas homosexuales se tendría que atener a "las sanciones previstas por la ley". El titular de Justicia, Dominique Perben, aseguró que la decisión de Mamère no tenía "ningún valor jurídico".

Mamère, diputado ecologista y ex candidato por los Verdes a las elecciones presidenciales de 2002, se ha visto suspendido de sus funciones durante un mes por celebrar la unión y desobedecer así "la prohibición" de la Fiscalía de Burdeos a instancias del Gobierno. Según las declaraciones del alcalde, su objetivo era "provocar un debate social y político", y al menos eso lo ha logrado, porque la celebración del enlace ha desatado una fuerte polémica que ha dividido a partidos políticos y sectores sociales en Francia.