En libertad un británico de 100 años que degolló a su mujer porque se iba a una residencia alejada
El magistrado considera que fue "un acto de amor", "cometido para acabar" con los sufrimientos de su esposa
Bernard Heginbotham, un carnicero jubilado de 100 años degolló a su mujer, Ida, de 87, el pasado 1 de abril porque, según explico al tribunal, se puso "ciego de rabia" al descubrir que su esposa iba a ser trasladada a otra resdiencia alejada de su domicilio debido a su enfermedad. El juez le ha puesto en libertad porque en su opinón este asesinato fue "un acto de amor".
Heginbotham asumió la culpabilidad del homicidio de su esposa, cometido en el domicilio conyugal de Kepplegate, cerca de Blackpool, noreste de Inglaterra y pidió la aplicación de circunstancias atenuantes. El carnicero jubilado explicó al tribunal que visitaba hasta ocho horas diarias a su esposa en un asilo de ancianos cercano y que, al descubrir que iba a ser trasladada a un centro alejado por su estado de salud, se puso "ciego de rabia".
El homicidio fue un "gesto de desesperación cometido como un esfuerzo para acabar con sus sufrimientos cuando usted mismo estaba sometido a una presión intolerable", le ha dicho el magistrado al anciano. "Se trataba en verdad de un acto de amor y no me cabe duda de que sufrió usted alteraciones médicas en el momento de los hechos y por lo tanto su responsabilidad está reducida sustancialmente", ha añadido el magistrado. El ex carnicero fue condenado a una pena simple de doce años de trabajos sociales.
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