Un meteorito cae en el salón de un matrimonio en Nueva Zelanda
La roca espacial tiene el tamaño de un libro y pesa 1,3 kilos
Brende Archer estaba preparando tranquilamente el desayuno en la cocina de su casa de Auckland, Nueva Zelanda, cuando oyó una explosión. En el salón, debajo del ordenador, muy cerca del lugar donde jugaba su nieto Luca, encontró el origen del zambombazo: una piedra. O más exactamente un meteorito del tamaño de un libro y 1,3 kilos de peso.
Cómo en los primeros minutos de una película catastrofista estadounidense, el meteorito perforó el techo de los Archer, rebotó en el sofá del salón y terminó su carrera bajo el ordenador, según publica el diario Sunday Star Times, muy cerca del lugar donde jugaba Luca, que no ha resultado herido. La 'piedra' puede tener, según el profesor de la Universidad de Auckland, Joel Schiff, cerca de 4.000 años de antigüedad y mide 13 centímetros de largo por 7 de ancho. Entró en la atmósfera a unos 15 kilómetros por segundo con un tamaño mayor, pero la fricción con la capa gaseosa influyó en la pérdida de masa y velocidad del meteorito, que puede haber chocado contra la casa a unos 100 ó 200 metros por segundo. El meteorito provendría del Cinturón de Asteroides, ubicado entre las órbitas de Marte y Júpiter, según los investigadores.
Un regalo del cielo
"Estaba en la cocina preparando el desayuno cuando escuché una explosión. Como si una bomba hubiera estallado. Y no se veía otra cosa que polvo", ha explicado la señora Archer. Cuando su marido descubrió el meteorito bajo el ordenador aún estaba caliente. Phil y Brenda Archer tienen un agujero en el techo de su casa pero han sido premiados por la 'loteria estelar' con un objeto puede alcanzar un valor aproximado de 6.000 dólares, casi 5.000 euros, según los coleccionistas. Más que suficiente para reparar la capa de aislante térmico de diez centímetros de espesor de fibra de vidrio y el cielo raso que atravesó el meteorito.
El del salón de los Archer es el noveno que se localiza en Nueva Zelanda y el primero en encontrarse recién caído del cielo. La última roca espacial fue hallada en 1976 y, al igual que las siete anteriores, fue encontrada mucho tiempo después de que chocara contra la Tierra. "La piedra es de incalculable valor científico y debe permanecer en el país a toda costa, aunque es probable que lluevan suculentas ofertas desde el extranjero para comprarla", ha declarado el científico Joel Schiff .
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.