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Rato 'vende' a EE UU la candidatura española como sede del reactor nuclear ITER

España pugna con otros tres países por acoger una de las iniciativas tecnológicas más importantes del mundo

El mayor proyecto tecnológico del mundo después de la Estación Espacial Internacional carece aún de sede, pero el Gobierno español está decidido a apostar hasta el final para que sus cimientos se entierren en la localidad tarraconense de Vandellòs.

La construcción y funcionamiento durante 20 años del Reactor de Fusión Experimental Internacional (ITER, según sus siglas en inglés) supone una inversión de 12.000 millones de euros. El objetivo de este coloso es reproducir la reacción termonuclear del interior de las estrellas para obtener energía a partir del hidrógeno, un elemento natural muy abundante y virtualmente inagotable.

El vicepresidente y ministro de Economía, Rodrigo Rato, ha presentado hoy en Madrid la candidatura española al secretario de Energía estadounidense, Spencer Abraham. El plan español deberá pugnar con otras tres ciudades ("en igualdad de condiciones técnicas", según ha interpretado la revista Science): Cadarache (Francia), Clarington (Canadá) y Rokkasho (Japón).

Un 10% más barato

Rato ha explicado en rueda de prensa que el ITER consta de dos grandes fases: la de construcción, que durará 10 años, y la de desarrollo, que se prolongará durante 20 años más. Según las condiciones establecidas por los responsables del proyecto, el país que albergue el reactor deberá pagar el 10% de los costes de construcción, extremo que, según Rato, España está dispuesto a aceptar. El ministro de Economía ha tasado el presupuesto total para esta primera fase en 4.570 millones de euros, y ha asegurado que los planes españoles suponen una rebaja de hasta el 10% en estos costes.

A parte de este punto, Rato ha desgranado otras ventajas de la candidatura española: "Además de una importante y larga experiencia en la tecnología de fusión por parte de la industria española, un emplazamiento que creemos privilegiado, como es la antigua central nuclear de Vandellós I, con una clara refrigeración, dada su proximidad inmediata al mar; con una comunicación, tanto por carretera, como por tren, como por aeropuerto, así como unas garantías geológicas completas".

El resultado, a finales de año

EE UU se retiró del proyecto en 1999 y su regreso en febrero pasado ha coincidido con el moderado aumento de las bazas españolas. Su voto se prevé decisivo, sin olvidar el de los otros miembros del consorcio internacional que rige el megaproyecto: la Unión Europea, Canadá, Japón, Rusia y la recién incorporada China.

La sede definitiva se debía conocer en verano, según las estimaciones iniciales, pero hoy Rato ha atrasado esa fecha hasta finales de año. En los días 11 y 12 de mayo la UE podría decidir si presenta una o dos candidaturas. Diez días más tarde, en Viena, podrían fijarse las condiciones para que a lo largo de este año se tome la decisión definitiva.

La energía de las estrellas

El objetivo fundamental de ITER (camino, en latín) es reproducir a escala preindustrial la reacción de fusión nuclear que tiene lugar de forma natural en el interior de las estrellas, donde se fusionan los núcleos de hidrógeno para producir helio y una gran cantidad de energía. En la Tierra, sólo se pueden conseguir reacciones de fusión en condiciones artificiales. En el caso de que se consiguiera se habría dado un paso de gigante en la carrera para encontrar una fuente de energía alternativa al uso de combustibles fósiles y a las actuales centrales nucleares de fisión.

Con la fusión, aunque estos son extremos que deben ser probados, se dispondría de una fuente prácticamente inagotable de combustible (hidrógeno) y se minimizaría la generación de residuos. El enfoque elegido para este reactor experimental es, al igual que en reactores anteriores mucho menores, el concepto tokamak, inventado en Rusia, por el cual el plasma de hidrógeno se confina con campos magnéticos en una vasija en forma de toro. El plasma es la mezcla de partículas cargadas que se produce cuando la materia se calienta a muy alta temperatura. Es muy difícil de manejar y el confinamiento magnético es la forma que los científicos ven más viable para lograr mantener un plasma de hidrógeno lo bastante caliente y denso, durante el tiempo suficiente como para que los núcleos atómicos se empiecen a fusionar y produzcan energía.

Los campos magnéticos son creados por una red de imanes, minetras que otro imán (un solenoide) situado en el centro induce en el plasma la corriente eléctrica para mantenerlo caliente. El ITER prevé utilizar dos isótopos de hidrógeno: deuterio y tritio. Será un reactor mucho menos radiactivo y generador de residuos que los de fisión nuclear.

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