El Gobierno de Nicaragua estudia demandar a los padres de la niña que abortó tras ser violada

La polémica que ha desatado en Nicaragua el caso de Rosa, la niña de nueve años embarazada, no ha concluido con el aborto que se le practicó ayer en una clínica de Managua. La presidenta de la Red de Mujeres contra la Violencia en Nicaragua, Violeta Delgado, entrevistada esta noche por la Cadena SER, ha denunciado que el Ministerio de la Familia, que se oponía al deseo de los padres, se plantea demandarlos junto a los médicos involucrados en el aborto terapéutico. Por su parte, la Iglesia católica ha condenado ya la decisión de los padres, a los que acusa de estar manipulados.

Rosa, la niña embarazada de con 15 semanas tras ser víctima de una violación en un cafetal de Costa Rica, abortó el viernes en una clínica privada de Managua, la capital de Guatemala, tras aceptar la oferta de tres médicos de este país, cuya identidad no ha sido revelada, que se ofrecieron voluntariamente para llevar a cabo el aborto terapéutico. Varios expertos habían subrayado los enormes riesgos para la salud de la pequeña de seguir adelante con el embarazo, que también reconocían los riesgos de la intervención médica.

Según Delgado, presidenta de la ONG que ha apoyado a los padres, Francisco y María -dos campesinos menores de 25 años- en el pulso contra la Iglesia y el Gobierno, la ministra de Familia de Nicaragua, Natalia Barilla -que intentó incluso apartar a la niña de sus padres para impedir el aborto- aseguró tras conocer la noticia del aborto que sus asesores legales estudian demandar judicialmente a los padres de la niña y a los involucrados en el aborto.

Rosa "tuvo mucho miedo"

Delgado, que ha destacado que los padres tomaron la decisión respaldados por la opinión pública nacional y mundial, ha explicado que Rosa se encuentra con sus padres y que está en "excelentes condiciones de salud", además de la sensación "de haber resuelto la situación". La niña, que tiene la sensación "de haber resuelto" el problema, ha seguido en todo momento la noticia por prensa y televisión y, según ha relatado la presidenta de la red, participó en la toma de decisiones. Aunque "tuvo mucho miedo" los últimos días y "sólo quería solucionar su problema", ahora descansa y "vuelve a ser la niña que siempre ha sido", decía Delgado.

Tras la fuerte tormenta, la familia se plantea salir de Nicaragua para "tomar un respiro", sobre todo si el Ministerio de la Familia del país cumple su amenaza de demanda. Pero el Gobierno no es el único sector nicaragüense que ha criticado la decisión de los padres. Por otro lado, la Iglesia Católica del país ha condenado también el aborto. El monseñor Jorge Solórzano, miembro de la Conferencia Episcopal, ha declarado a la prensa que organismos nacionales e internacionales a favor del aborto han manipulado a los padres de la niña para llevar a cabo "un aborto procurado".

Según el prelado, estos organismos impidieron a la Iglesia acercarse a los progenitores de la menor. "Nosotros queríamos decirles [a los padres de la niña] que los avances de la ciencia y la medicina permiten salvar la vida de la niña y del no nacido que no se puede defender", ha señalado monseñor Solórzano, para agregar que la Iglesia propuso en todo momento que si no querían al niño no lo "mataran" y se "lo dieran en adopción". Solórzano ha apoyado la pretensión del Gobierno de Nicaragua de sentar a padres y médicos en el banquillo ya que, en su opinión, "tiene que ser firme en la defensa de la vida y en contra de la cultura de la muerte "aplicando las leyes".