Un tribunal de Barcelona prohíbe por primera vez en España a un hombre tener perro

En una sentencia sin precedentes, un juzgado de Barcelona ha condenado hoy a un hombre a no tener perros de ninguna raza en los próximos tres años porque el animal que poseía, un pit bull, raza considerada como peligrosa y que fue abatido a tiros por la policía, atacó ferozmente a dos personas, una de ellas su ex novia.

Fuentes judiciales han asegurado que se trata de la primera vez que la fiscalía se vale del Código Penal para pedir la aplicación, por analogía, de una pena de prohibición. En concreto, la fiscalía ha hecho uso del artículo 152.2 del Código Penal que castiga las imprudencias graves con la prohibición de utilizar vehículos o armas de fuego si se han empleado en la comisión de un delito de este tipo. En este caso, el fiscal ha trasladado esta prohibición a la tenencia de perros por el periodo máximo que prevé el Código, es decir 3 años.

Además, el juzgado de lo Penal número 13 de Barcelona ha condenado al español de origen alemán Manuel Alvarez Spiewack a un año de prisión por resistencia a la autoridad y a 21 fines de semana de arresto por dos delitos de lesiones. Las partes han acordado una rebaja de la acusación, por la que se considera que el propietario del perro cometió "imprudencia", aunque en principio estaba acusado de ordenar a su perro que atacara a las dos personas.

La conformidad y reconocimiento de los hechos por parte del acusado, que tampoco podrá acercarse a su ex novia a menos de 250 metros, ha hecho que el juicio se haya circunscrito a la responsabilidad civil por las indemnizaciones que reclaman las víctimas, 6.500 euros Enrique A.G., compañero de piso del acusado, y 13.500 euros su ex novia, Montserrat R.A.

En virtud de la nueva ley que obliga a asegurar los perros de razas peligrosas, el acusado había contratado un seguro con la compañía Catalana Occidente, cuyo abogado ha pedido hoy ser eximido de pagar las indemnizaciones al considerar que el seguro cubre las lesiones causados por perros por imprudencias o descuidos de sus dueños y no porque hayan azuzado a los animales para atacar, como cree que ocurrió en este caso.

Dos ataques el mismo día

Los hechos juzgados hoy se remontan al 15 de marzo de 2002 cuando, según la acusación, Manuel Álvarez discutió con el joven Enrique A.G., al que había alquilado una habitación en su piso de la calle Atlántida de Barcelona. Durante la discusión, el perro del acusado atacó al compañero, mordiéndole en el antebrazo y causándole una herida de 17 centímetros. Horas más tarde, el acusado se encontró con su antigua novia, a la que recriminó que hubiese vuelto con su primer marido. En ese momento, el perro se abalanzó sobre Montserrat, causándole una grave herida en el brazo derecho por la que perdió abundante sangre.

El perro no soltó el brazo de la mujer hasta que hizo acto de presencia una dotación de la Policía que se vio obligada a disparar contra el animal y matarlo para frenar la agresión, que transcurrió ante la pasividad del dueño del can.

El acusado, considerado por la acusación como "peligroso" y que tiene antecedentes en España y Alemania por robo, tráfico de drogas, hurto, falsedad, lesiones y conducción sin carné, insultó e intentó agredir al policía que mató de un disparo a su perro.