Crean un ratón con músculos similares a los de un corredor de maratón
Este descubrimiento podría conducir a nuevos tratamientos para las enfermedades degenerativas
Un grupo de investigadores asegura haber creado un ratón transgénico con músculos parecidos a los de un corredor de maratón, capaces de aguantar un ejercicio intenso durante amplios períodos de tiempo, según informa la cadena de televisión CNN y publica la revista Nature.
Aunque el estudio sólo se ha realizado hasta el momento en ratones, los científicos esperan que las técnicas que han desarrollado para tratar los músculos de ratón también funcionen en humanos.
Los médicos afirman que este descubrimiento podría algún día dar origen a nuevos tratamientos para personas que se encuentran postradas en la cama o que tienen enfermedades degenerativas en los músculos. Incluso podría ser un maravilloso fármaco para atletas de resistencia, como los corredores de larga distancia o esquiadores de fondo.
Un interruptor molecular
Bruce Spiegelman y sus colegas del Instituto del Cáncer Dana-Farber identificaron un bioquímico llamado PGC-1 que funciona como un interruptor molecular, que convierte el músculo de "contracción rápida", que es más fuerte pero se cansa más rapido, por el músculo de "contracción lenta", de alta resistencia.
"El PGC-1 parece ser el interruptor, o un importante componente, que permite que los músculos del cuerpo se ajusten a las exigencias a las que se los someta", ha explicado Spiegelman. "Entendiendo el funcionamiento de este sistema, podría ser posible desarrollar una droga para manipularlo", ha añadido el investigador.
El músculo se compone de varios tipos de fibra. Los atletas de resistencia entrenan durante mucho tiempo para aumentar sus fibras musculares lentas (tipo I), que son largas y finas, y resisten largos períodos de ejercicio aeróbico. Los velocistas o levantadores de pesas, por el contrario, tienen músculos ricos en fibras rápidas, o de tipo II, que son más voluminosos y fuertes, pero se cansan rápidamente.
Para crear un ratón resistente, el grupo de Spiegelman incorporó PGC-1 al tejido muscular del roedor. Los científicos pensaban que esto provocaría el desarrollo de la mitocondria, que alimenta el crecimiento y desarrollo de las fibras musculares lentas. Sin embargo, se sorprendieron al ver que el PGC-1 convertía las fibras de tipo II en fibras lentas de tipo I.
El músculo cambió de color hacia el tono rojizo característico de los tejidos ricos en oxígeno. Posteriormente, en una prueba de resistencia, el músculo modificado logró contraerse por un período dos veces y medio más largo que un músculo normal.
Sin embargo, Spiegelman advierte de que todavía serán necesarios entre cinco y diez años antes de que puedan comercializarse tratamientos con PGC-1.
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