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REFERÉNDUM

Los irlandeses votan hoy un proyecto de ley para endurecer el derecho al aborto

Los últimos sondeos reflejan una ligera ventaja de cuatro puntos a favor del 'sí', aunque la mayoría de la población se muestra dividida y confusa

Alrededor de tres millones de irlandeses deciden hoy si están de acuerdo en endurecer su actual legislación contra el aborto, de por sí una de las más rígidas de Europa, en un complejo y polémico referéndum que divide a la opinión pública de un país profundamente católico y en el que están en juego otras cuestiones de índole claramente político. De momento, el último sondeo señala una ligera ventaja de cuatro puntos a favor del .

La consulta, convocada por el Gobierno conservador de Dublín, incluye cinco puntos que el electorado deberá aceptar o rechazar en su conjunto y que son, según se mire, demasiado liberales o demasiado conservadores.

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El objetivo principal de la consulta, decretada por el primer ministro, Bertie Ahern, es conseguir la prohibición del aborto incluso en los casos en que una mujer presente tendencias suicidas.

El primer referéndum sobre la cuestión, celebrado en 1983, introdujo en la Constitución la prohibición del aborto salvo en los casos en que la vida de la madre esté en peligro. No obstante, en 1992, el Tribunal Supremo autorizó a una niña de 14 años, violada por un familiar, a abortar en Irlanda después de que la adolescente amenazara con suicidarse. Esta posibilidad, que no había sido inscrita en la Carta Magna, produjo un vacío legal que se intenta subsanar hoy.

Circunstancias médicas especiales

El primer punto de la consulta es que la interrupción del embarazo (el proyecto nunca habla de aborto) sea legal bajo circunstancias médicas especiales, como cuando la vida de la mujer corre peligro, pero no cuando amenace con suicidarse, posibilidad eliminada de la consulta.

Además, la ley ofrece "protección legal" a los facultativos que deban efectuar lo que se denomina, en términos eufemísticos, "los procedimientos médicos necesarios" para salvar, "en lugares aprobados", la vida de la mujer.

Además, el proyecto redefine la noción de "vida humana por nacer" -que comenzaría tras la implantación y no tras la fecundación-, prevé una pena de 12 años de cárcel para el que ayude a practicar un aborto ilegal y reafirma el derecho de las irlandesas a abortar en el extranjero.

En este país acostumbrado a las sutilezas del debate sobre el aborto -éste es el tercer referéndum sobre el tema en 20 años-, los irlandeses han perdido el norte. Incluso en el seno de las tendencias religiosas, juristas, médicas o políticas se advierte una cierta incapacidad para hablar con una sola voz.

Sus interpretaciones divergen sobre aspectos como el futuro de la píldora del día después o la investigación en embriones. El resultado es que la única postura que han prosperado en esta campaña es la de los indecisos y los abstencionistas. El último sondeo, publicado la pasada semana por Irish Times, otorgaba una ligera ventaja de cuatro puntos al . Una diferencia muy reducida que puede ser significativa.

Con casi un 40% de indecisos, los analistas opinan que la votación del electorado rural, más religioso, puede decantar el resultado final en favor de la futura ley.

Defensores y detractores

Entre los defensores del o del endurecimiento de las actuales condiciones para el aborto se encuentran Ahern y su partido, el derechista Fianna Fail, que han recibido tradicionalmente el apoyo del Papa Juan Pablo II, de la jerarquía eclesiástica y de la mayoría de los lobbies antiabortistas. No obstante, algunos grupos católicos consideran que el proyecto no es suficientemente antiabortista y han pedido el voto en contra.

Anoche, en las últimas horas de campaña, Ahern, feroz antiabortista, ha vuelto a blandir su amenaza favorita: votar no equivaldría a abrir la puerta al "aborto a la carta", tal como se practica, según él, en sus grandes vecinos europeos. Todos los analistas de la oposición coinciden en que el primer ministro pretende resultar agradable a los ojos del muy influyente lobby de los provida, a pocos meses de las próximas elecciones generales.

El principal partido de la oposición, el izquierdista Fine Gael, lidera a los sectores opuestos al proyecto de ley, entre los cuales se encuentran los centros de planificación familiar y las asociaciones feministas.

Estos sectores denuncian las medidas "inhumanas" que contiene el proyecto de ley, ya que, según ellos, dejarían a las mujeres en situación más vulnerable, sobre todo a las más desfavorecidas, a las mujeres maltratadas, a las presas o a las internadas en asilos psiquiátricos, aparte, claro está, de las que, por falta de dinero, no puede pagarse el viaje para abortar en el extranjero, principalmente en Reino Unido, país en el que cada año abortan 7.000 irlandesas, de forma totalmente legal pero pagando de su bolsillo.

Los irlandeses han empezado a votar hoy, pero el escrutinio de los votos no comenzará antes de mañana por la mañana. Los primeros resultados llegarán ese mismo día por la tarde.

El primer ministro irlandés, Bertie Ahern, deposita su voto en un colegio de Dublín.
El primer ministro irlandés, Bertie Ahern, deposita su voto en un colegio de Dublín.AP
Un manifestante solitario opina sobre el referéndum del aborto en el centro de Dublín.
Un manifestante solitario opina sobre el referéndum del aborto en el centro de Dublín.AP

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