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EDUCACIÓN

La mayoría de los alumnos de ESO culpa del fracaso escolar a la falta de estudio

Sólo el 7% de los escolares considera responsables a los profesores

Ocho de cada diez alumnos de Enseñanza Secundaria considera que la causa del fracaso escolar es el poco esfuerzo que realizan los afectados por aprender, y sólo el 6,7% echa la culpa al profesor.

Así se desprende de una encuesta elaborada por el Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo (IDEA) para la Fundación por la Modernización de España, en la que se recoge la opinión de más de 8.000 alumnos, cerca de 1.000 profesores y casi 4.000 padres sobre la materia.

Sin embargo, la opinión de los alumnos contrasta con la de sus padres y profesores. Mientras que los escolares son los más autocríticos, los otros dos colectivos no reconocen su responsabilidad en el fracaso escolar.

Así, las familias culpan mayoritariamente al poco esfuerzo de sus hijos (43,2%) y a los profesores (33,2%) por el fracaso escolar y apenas reconocen su falta de colaboración en el estudio de sus hijos (9,6%).

Por su parte, los profesores atribuyen la responsabilidad del fracaso escolar a que los alumnos no se esfuerzan (55,4%) y a que las familias no colaboran (17,1%), mientras que sólo el 11,8% se considera responsable.

Asimismo, de esta pregunta se desprende que ninguno de los tres colectivos reconoce como desencadenante fundamental del fracaso escolar la capacidad del alumno. Sólo piensa de este modo el 6,7% de los alumnos, el 5% de las familias y el 5,5% del profesorado.

Durante una rueda de prensa para dar a conocer esta encuesta, el responsable de IDEA, Alvaro Marchesi, alertó, en este punto, de la necesidad de que todos los sectores educativos asuman su responsabilidad en el fracaso.

A su juicio, el MECD debe reconocer su parte de culpa por la insuficiencia de medios y debe tener en cuenta que el fracaso escolar no se origina en Secundaria, sino en Primaria. "El Ministerio está centrando el problema en resolver los problemas en la ESO, pero el esfuerzo fundamental debe estar en Infantil y Primaria", apostilló.

También recordó la parte de responsabilidad que tienen los profesores, que "deben intentar conectar la enseñanza con la vida de los alumnos"; la familia, que debe interesarse cada día por la evolución del aprendizaje de sus hijos; y los propios alumnos, quienes reconocen su escaso esfuerzo por estudiar porque, según Marchesi, "dicen que se aburren".

Itinerarios educativos

Esta encuesta se presentó durante un encuentro de expertos sobre fracaso escolar. Del mismo, Marchesi extrajo algunas conclusiones, entre las que destacó la necesidad de que todos los alumnos convivan en el aula.

Según dijo, expertos internacionales y estudios que así lo corroboran señalan que "la seperación de alumnos genera pocas expectativas entre quienes estudian en los itinerarios valorados como negativos". Por el contrario, asegura que "hacer grupos heterogéneos y confiar en todos es importante para reducir el fracaso".

No se le escapa, sin embargo, la necesidad de que los grupos heterogéneos estén apoyados por "mecanismos" que sirvan para atender las diferencias entre los alumnos. Por eso, apuesta por desdobles, programas de atención personalizada y profesionales especializados para solventar las necesidades especiales de algunos alumnos.

Por eso, considera que la intención del Gobierno de establecer itinerarios educativos en el segundo ciclo de la ESO "es una medida fácil e inmediata, pero no aborda los problemas de fondo y generará dificultades notables entre unos alumnos y otros".

Visión optimista de los alumnos

La encuesta también recogió la opinión de los tres colectivos sobre la relación entre fracaso escolar e inserción laboral. Destaca el hecho de que un tercio de los preguntados cree que los alumnos que tienen problemas de aprendizaje no los tendrán a la hora de encontrar trabajo.

Por otro lado, se pregunta por a padres, alumnos y profesores sobre el comportamiento de la sociedad hacia los escolares que sacan peores notas, el tratamiento de los docentes hacia éstos o la relación entre alumnos con buenos y malos resultados.

Así, los escolares se muestran más optimistas al hablar sobre cómo trata la sociedad al estudiante con malas notas, mientras que la mitad de las familias y el 42% de los profesores creen que el trato es "injusto" hacia estos alumnos.

Al hablar sobre el tratamiento de los profesores hacia los alumnos con malos resultados, alumnos y profesores creen mayoritariamente que no se dan diferencias respecto a otros escolares, mientras que las familias consideran que los que sacan malas notas son menos valorados por los profesores.

No obstante, el parecer de los alumnos sobre el valoración que los profesores hacen sobre ellos cambia a medida que los resultados son peores. Así, sólo el 20,7% de los que sacan buenas notas cree que el profesor valora menos al que saca malas notas, porcentaje que crece hasta el 32,7% cuando los que responden son los que obtienen malos resultados.

También se les preguntó por la valoración que hacen los propios alumnos de sus compañeros. Mientras que la familia y el profesorado considera mayoritariamente que los que sacan malas notas están menos valorados por sus compañeros, apenas el 16,5% de los alumnos confirma esta situaión. Por el contrario, el 61,4% niega que estos escolares estén peor valorados.

Por último, los escolares también muestran una visión más optimista que padres y profesores cuando se les pregunta si los que sacan malas notas son felices. Así, mientras más de la mitad de éstos asegura que sí los son, la respuesta mayoritaria de sus progenitores y maestros es que los que tienen problemas de aprendizaje no son tan felices como los que sacan buenas notas.

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