España precisa a Bruselas que sólo una partida de aceite de orujo motivó la alerta sanitaria

Según fuentes diplomáticas citadas por Efe, se trata de la partida arancelaria "15.10.00", compuesta exclusivamente de aceite de orujo de oliva, por lo que cualquier medida preventiva tomada fuera de España sólo podría afectar a dicha partida.

La portavoz Beate Gminder ha explicado que cuando en un país se detecta que un alimento tiene riesgo para la salud, informa a la Comisión Europea y se activa el "sistema de alerta rápida", a través del cual Bruselas avisa al resto de países de la UE.

Estos pueden entonces adoptar "medidas de salvaguardia" temporales contra un producto, si creen que presenta peligros para la salud, y en espera de más información y de una decisión de Bruselas.

"Si otros Estados miembros tienen preocupaciones sobre el alcance del problema pueden bloquear la entrada del aceite español hasta que se clarifique, por un periodo muy corto de tiempo", ha declarado la portavoz. "Si no sabe exactamente qué productos tienen que prohibir, puede que estén prohibiendo productos sin problemas", ha añadido.

Precisamente para terminar en breve con lo que en Bruselas habían calificado como "situación caótica", los servicios de Byrne pidieron al Ejecutivo español que remitiera "lo antes posible" más información sobre la retirada de todas las partidas de aceite de orujo de oliva del mercado, concretamente, la lista de productos que contienen la sustancia tóxica -benzopireno- que ha motivado la medida y, además, los lugares donde se enviaron o exportaron estos productos.

La ausencia de explicaciones por parte de Sanidad había motivado también una llamada al orden del vicepresidente y ministro del Interior Mariano Rajoy, quien pidió al Ministerio de Sanidad que actuara con la "mayor celeridad posible" para poder fijar unas "reglas de juego claras" y evitar el "problema" surgido por la inmovilización del aceite de orujo.

Anteayer, el Ministerio de Sanidad y Consumo envió a Bruselas una carta, por el sistema de alerta rápida, en la que se informaba de la retirada del "aceite refinado de residuos de oliva". Además, se explicaba que la sustancia cancerígena que motivó la medida, el benzopireno, es resultado del proceso de elaboración de este aceite y que, incluso después del refinado, esta sustancia se encontraba en cantidades que podrían ser peligrosas.

Los productores evalúan los efectos de la prohibición

La Asociación Nacional de Extractores de aceite de orujo de oliva se ha reunido en Jaén para analizar las repercusiones de la retirada de las partidas de este producto ordenada por Sanidad el martes, tras la reunión celebrada ayer por el sector con la ministra Celia Villalobos.

Para el sector, que amenaza con emprender acciones legales contra el ministerio que dirige Celia Villalobos, aseguran que el daño al aceite de oliva "ya está hecho" y piden a Aznar iniciativas comerciales para minimizar el impacto de la inmovilización del aceite de orujo.

De hecho, todos los aceites españoles han empezado ya a tener problemas. Según ha informado la cadena Ser, citando fuentes del sector, se han producido anulaciones de pedidos de aceite de oliva virgen, que se obtiene de las primeras prensadas de la aceituna, mientras que el orujo es el producto de más barato y de peor calidad que resulta de la última extracción.

Y Portugal, siguiendo el ejemplo español, ha retirado 39.000 litros de aceite de orujo de oliva. En Bruselas, donde ha causado sorpresa la medida de Sanidad porque ningún otro país de la UE ha informado de ningún problema con los benzopirenos, la sustancia tóxica encontrada en el orujo que puede provocar cáncer si se consume en grandes cantidades.

Pujol critica la retirada del orujo

Mientras tanto, continúa el aluvión de críticas hacia la medida adoptada por Sanidad. Así, el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, ha considerado "absolutamente abusiva" la alarma generada por la retirada del aceite de orujo de oliva, ya que, a su entender, "no se corresponde con la auténtica peligrosidad" que conlleva este producto.

En una entrevista concedida a la cadena Ser, Pujol ha asegurado que "se debería ir con mucho más cuidado" para "no crear unas alarmas" que considera "excesivas" y "por culpa de no sé quién, del ministro, del Gobierno, del sector, de los políticos, de la prensa, o de quien sea".

Pujol ha señalado que "la gente debe estar tranquila, porque no va a pasarle absolutamente nada" por haber consumido dicho aceite y considera "abusivo" que se "traslade al mercado, a la plaza o a la cocina un riesgo que científicamente, en exámenes toxicológicos" sólo ha podido constatar que el producto, "en enormes cantidades, pueda producir cáncer".

Además, Cataluña y Extremadura se han sumado hoy a la queja expresada ayer por Andalucía y país vasco, que reprocharon a Sanidad que tomara la decisión sin consultar a las comunidades.

Incluso el presidente de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), José María Múgica, ha denunciado el "poco interés" del Gobierno por aclarar el porcentaje de benzopireno que contienen los aceites de orujo retirados del mercado con lo que, a su juicio, están creando una alarma "innecesaria" y poniendo en peligro todo el sector del aceite español.

Sin embargo, el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, considera "lógica" la decisión de Sanidad porque "lo normal" es actuar inmediatamente cuando hay indicios de que el producto contiene sustancias peligrosas para la salud.