70 muertos en Portugal al derrumbarse sobre el Duero un puente centenario

En el momento del accidente, ocurrido a las 21.00 GMT del sábado(22.00 hora peninsular española), el autobús y los dos automóviles se encontraban sobre el puente, que une a las localidad de Entre os Río y Castelo de Paiva, a unos 40 kilómetros al este de Oporto (en el norte de Portugal).

Las autoridades confirmaron que el número de víctimas supera las 70 y descartaron la posibilidad de encontrar supervivientes. Entre los pasajeros del autobús accidentado había nueve miembros de una familia y seis de otra, según informó Armando Soares, administrador de la empresa del autocar.

El jefe de los bomberos de Entre os Ríos, Adao Barbosa, explicó que durante la noche del sábado no se pudieron emprender las labores de búsqueda de las víctimas, debido a la falta de luz, la densa niebla y las fuertes corrientes en el lugar, donde se une al Duero el río Tamega.

Las autoridades portuguesas consideran "prácticamente imposible" encontrar supervivientes, debido a la altura de casi 80 metros del puente y la profundidad de 20 metros del río, cuyas aguas estaban además muy agitadas a causa del mal tiempo.

Los equipos de socorro han recuperado ya dos cadáveres. Uno de ellos era el de una mujer de unos 50 años.

Los pasajeros del autobús, que pertenecía a la compañía Asadouro, se dirigían a Castelo de Paiva después de una excursión que realizaron a la región del valle del Duero -concretamente en Tras os Montes-, conocida por su producción de almendras.

A consecuencia del accidente, la circulación se interrumpió entre entre las localidades de Entre os Ríos y Peñafiel.

La altura del puente siniestrado alcanza los 50 metros de altura y los 200 de largo y tiene 116 años de antigüedad.

Dimisión del ministro de Obras Públicas

El ministro de Obras Públicas portugués, Jorge Coelho, ha presentado su dimisión esta misma madrugada. Coelho, cuyo ministerio se encarga de las carreteras y los transportes, dijo que había enviado su dimisión al primer ministro, Antonio Guterres y añadió que esta decisión era "irreversible".

Al anunciar su renuncia en rueda de prensa y tras expresar sus condolencias a las familias de las víctimas, Coelho dijo que asumía la responsabilidad política de la tragedia, aunque recordó que hace unos meses ya había ordenado el concurso público destinado a la construcción de un nuevo puente para sustituir al centenario. "La culpa no puede morir soltera", explicó el ministro.

El primer ministro, Antonio Guterres, aceptó la dimisión de Coelho y afirmó en un comunicado que “es una actitud de dignidad poco común de quién seguramente está exento de cualquier responsabilidad personal por los trágicos acontecimientos que enlutan al país”

Los analistas políticos indican que la decisión ética de Coelho priva a Guterres de uno de sus más íntimos colaboradores, y que es la "segunda baja" más importante en los Ejecutivos socialistas desde octubre de 1995 tras la salida del actual comisario europeo de Justicia e Interior, Antonio Vitorino.