El premio gordo de vestir de novia a la heredera de Inditex
Marta Ortega se casa en segundas nupcias con Carlos Torretta. A pocos días de desvelarse ‘el secreto mejor guardado’, el mundo de la moda sube las apuestas: esta es una quiniela que importa (y mucho).
El próximo viernes 16 de noviembre, al caer la tarde, Marta Ortega y Carlos Torretta se darán el ‘sí quiero’ en A Coruña. Decir que la discreción será la pauta que marque el evento es redundante: todo lo que rodea al entorno de Amancio Ortega –creador del imperio Inditex, uno de los hombres más ricos del mundo y padre de la novia– lo es. Según ha trascendido, primero se celebrará una ceremonia civil e íntima en la casa de la familia en el paseo de la Dársena, solo ante parientes directos. Los invitados podrán ver a la pareja poco después, en la cena en el Real Club Náutico. Al día siguiente, asistirán a una gran gala (de etiqueta) en el centro hípico que mandó construir en Arteixo el creador de Zara, Casas Novas, uno de los pocos caprichos que se le conocen. Una boda en capítulos que permitirá que la novia luzca, al menos, dos modelos distintos. Dos escaparates que se abren a un sinfín de posibilidades y que tendrán más repercusión que muchos desfiles.
Porque el vestido por el que se decante Marta Ortega importa (y mucho). Pocos eventos despiertan tanta expectación como una boda: cita en la que la curiosidad se multiplica de manera proporcional al secretismo que la rodea. Sería hasta ingenuo no señalar que la firma escogida por una novia de portada se ve bendecida por una repercusión mediática que se traduce en ventas. Y para muestra, datos: el impacto de dos de las nupcias más sonadas del último año. Según la empresa de big data Launchmetrics, el Givenchy que Meghan Markle escogió para su enlace con el príncipe Enrique le reportó a la maison el equivalente a 22,6 millones de dólares (unos 20 millones de euros) en impactos en medios y redes. El Dior que lució la influencer Chiara Ferragni, 5,2 millones de dólares (4,6 millones de euros).
Marta Ortega no tiene sangre azul ni millones de seguidores. Sí tiene, en cambio, un padre que sacudió los cimientos de la industria de la moda como no se agitaban desde los sesenta, cuando el prêt-à-porter dinamitó la costura. Hoy la compañía matriz de Zara es la primera empresa de venta de moda del mundo. Una multinacional que en el primer trimestre de 2018 superaba la barrera de los 12.000 millones de euros de facturación. Como heredera visible de unas cifras que apabullan, Marta Ortega es una de las mujeres más poderosas (quizá a su pesar) de la industria.
Una boda de insiders en la que el novio aporta como ‘dote’ influencia y una de las agendas más cotizadas del mundillo. Carlos, el hijo del diseñador Roberto Torretta, trabajó como booker en Nueva York para The Society Management, la prestigiosa agencia de modelos encargada del triunfo de nombres como Kendall Jenner, Ruth Bell, Erin Wasson, Liu Wen, Vittoria Ceretti… ¿El responsable de que Zara.com se haya convertido en referencia en cuestión de casting? Precisamente el futuro yerno de Amancio, que se ha labrado una impecable reputación en el sector y ahora dirige la sucursal Elite Madrid en España. Su labor como agente le llevó a trabajar mano a mano con la que en dos semanas será su esposa y a abrir el panorama de Zara a fotógrafos como Mario Sorrenti o Steven Meisel. Una apertura que ha afectado hasta a su propia prometida, que ahora se deja caer por las primeras filas de seleccionados desfiles. En el último año: Hermès, Valentino, Calvin Klein o el de su futuro suegro, Roberto Torretta. ¿Escogerá estas firmas para el gran día? Aún se admiten apuestas.
- Made in Arteixo
La posibilidad de que la novia luciera un modelo confeccionado en los talleres de Inditex ya se barajó en su primer enlace, en 2012 con Sergio Álvarez. Si entonces quedó descartado, la apuesta gana fuerza en esta ocasión al requerir dos vestidos distintos. Una alternativa que supondría un espaldarazo de poderío para la enseña que no hace publicidad tradicional y busca desligarse de la coletilla ‘low cost’.No es descabellado: en febrero Marta se decantó por un vestido creado en exclusiva por el equipo de Zara para asistir a la ceremonia de los Oscar.
- Made in Spain
Además de nutrir sus talleres con cientos de diseñadores nacionales que hacen carrera en Arteixo, la enseña ha manifestado su interés por la creación nacional. Desde el año 2012 patrocinan la pasarela madrileña, Mercedes Benz Fashion Week Madrid. ¿Y si Marta Ortega optase por un diseño del atelier de algún creador patrio? Los delicados trabajos manuales de Marcela Mansergas juegan en otra liga. Como también lo hacen las creaciones de Navascués, Inuñez o Cortana. Su elección supondría un importante reconocimiento al mercado nupcial español (segundo exportador mundial).
- Acierto seguro: Valentino
Los diseños de Pierpaolo Piccioli para Valentino están entre los más admirados. Sus vestidos de novia, los más deseados: los han lucido Beatrice Borromeo, Magdalena de Suecia, Sophie Hunter o Sofia de Betak, amiga personal de Ortega. Ambas se sentaron en la primera fila del último desfile de la casa, lo que hizo que se disparasen las alarmas sobre la posibilidad de que luzca una de las creaciones de Piccioli.
- Repetición fiel: Narciso Rodriguez
Al diseñador americano le une una estrecha amistad. “Qué puedo decir de ella, es una gran amiga”, decía él este verano a su paso por Madrid. ¿En su contra? Rodriguez ideó el minimalista vestido que Marta lució en su primer enlace. “Este vestido ha sido el resultado de una colaboración muy estrecha de Marta con su amigo personal el diseñador Narciso Rodriguez. Los dos han trabajado conjuntamente con mucha ilusión para conseguir hacer realidad la idea de Marta, un traje donde primara la sencillez“, afirmaba entonces un comunicado de Inditex.
- Política familiar: ¿Roberto Torretta?
Que nunca haya vestido (al menos públicamente) alguna de las creaciones de su futuro suegro resta posibilidades a la apuesta. Pero sería un guiño a su futura familia política. Uno que, además, no desentona con su estilo de líneas minimalistas y depuradas.
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