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Lucía Pica, la mujer que pasó de maquillarse a escondidas de niña a directora creativa de maquillaje de Chanel

Se enamoró del maquillaje de niña y más tarde decidió convertirlo en su profesión. La seguridad en sí misma y su método creativo han marcado la carrera de Lucía Pica, directora creativa de maquillaje de Chanel.

Lucía Pica accedió a su cargo de directora creativa de maquillaje y color a finales de 2014.
Lucía Pica accedió a su cargo de directora creativa de maquillaje y color a finales de 2014.cortesía de chanel
Javier Caballero

Con nueve años, Lucía Pica, directora creativa de maquillaje y color de Chanel, quedó prendada por el universo que sin saberlo entonces acabaría convirtiéndose en su profesión. No fue, como muchas historias narran, debido a su abuela, ni siquiera a su madre. «Ella solo usaba un pintalabios, por lo que tenía poco referente de este mundo», nos dice a través de videollamada desde París.

Su idilio comenzó en casa de sus vecinos. «En un cajón del baño, tenían todo un arsenal de cosméticos de color que me dejaron deslumbrada. Cuando íbamos de visita, me encerraba en el baño con cualquier excusa y me pintaba la cara. No sabría decirte muy bien qué me pasaba por la cabeza, imagino que querría parecerme a otras mujeres que conocía o a algún personaje de televisión». Durante escasos minutos, admiraba frente al espejo el resultado de su hazaña y procedía a continuación a lavarse concienzudamente el rostro hasta no dejar ni rastro. «Volvía como si no hubiese pasado nada».

En la adolescencia, se definió su forma de enfrentarse al mundo, en lo personal y en lo laboral. Fue su padre quien le dio la mayor lección. En esa etapa de su vida empezó a ponerse minifaldas, pero por timidez tiraba constantemente de ellas hacia abajo para esconder las piernas. Un día su progenitor la miró y le espetó: «Si decides llevarlas, hazlo con dignidad. Tienes que dominar tú a la minifalda, conocerla bien, deja de estirarla». Le ayudó a sentirse segura de sí misma.

Esta aproximación es la misma que mantiene en su oficio. Como maquilladora, llegó a trabajar como ayudante de la prestigiosa Charlotte Tilbury, hasta que decidió alzar el vuelo. «Había llegado el momento de encontrar mi propia voz. Fui muy afortunada, pero debía evolucionar», afirma con rotundidad. Después, la llamó Chanel, primero para una campaña publicitaria. «Cuando me contactó mi agente no me lo podía creer». La química fue instantánea, y en diciembre de 2014 comenzaba en el puesto que ostenta hasta la fecha.

Lucía Pica retoca personalmente a una modelo en el backstage del desfile prêt-à-porter de Chanel o-i 2020-21.
Lucía Pica retoca personalmente a una modelo en el backstage del desfile prêt-à-porter de Chanel o-i 2020-21.cortesía de chanel

Se introdujo en él con el aprendizaje de su padre en mente. «Los inicios fueron complicados porque debes entender completamente la firma, por lo que asistí a múltiples presentaciones y pasé horas buceando en sus archivos», nos cuenta. «Debía encontrar un equilibrio entre la modernidad que yo podía traer y el patrimonio de Chanel».

Ha pasado ya un lustro, y si echa la vista atrás considera que todas sus colecciones mantienen una coherencia. «Mientras las construyo, tengo en mente dos cosas: la mujer a la que va dirigida y el color alrededor del que quiero contar una historia». Aún recuerda emocionada el lanzamiento de su primera gama en otoño de 2016. «Se me pone la piel de gallina cuando hablo de ello», dice risueña. Le dedicó un año y medio de trabajo (el tiempo medio que se destina a los nuevos lanzamientos en Chanel), y antes de que viese la luz ya estaba pensando nuevos conceptos. «Necesitaba que saliese al mercado para ver la acogida que tenía, estaba nerviosísima. Imagina lo que supone que una mujer pueda adquirir un color que tú has creado, y que pueda convertirse en su favorito».

La colección de maquillaje de otoño 2020.
La colección de maquillaje de otoño 2020.cortesía de chanel

Esas ganas fervientes, soñadoras y casi infantiles son su característica más remarcable. «Mi actitud siempre me dice que todo es posible. Luego, cuando presento el proyecto al laboratorio, choco con la realidad. Las fórmulas requieren mucho esfuerzo y a veces un pigmento necesario para lograr cierta tonalidad puede arruinar la textura deseada. He aprendido a soñar con los pies en la tierra, respetando las limitaciones que me encuentro en el camino».

Su pasión por su oficio salpica su vida personal. En la pantalla, se ve que lleva pintalabios. «Incluso ahora que debemos usar mascarilla me lo pongo. Me hace feliz y me siento lista para afrontar el día». Entiende, en cualquier caso, que muchas mujeres no sientan ganas de usarlo. A ellas, les da un consejo: «Ya sea con una sombra de ojos o con otros elementos que te gusten, es tiempo de indagar en el mensaje que quieres transmitir con tu maquillaje. Es momento de experimentar» .

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