«¿Tiene estos tacones en el 47?»: la marca que normaliza los zapatos altos para hombres
La firma neoyorquina Syro nace con el propósito de satisfacer a «cualquiera con pies grandes que quiera llevar calzado femenino». Hablamos con sus creadores.
«Los hombres deberían tener la opción de usar tacones si así lo desean». Una filosofía con tanto sentido común como complejidad respalda Syro, firma neoyorquina especialista en zapatos altos «para cualquier persona con pies grandes que quiera llevar calzado femenino», tal y como resumen sus creadores a S Moda. En su tienda online se agolpan botines, botas mosqueteras y algún stiletto en una variedad de números que llega hasta el 47. Henry Bae y Shaobo Han, fundadores de la firma, han bautizado sus diseños con nombres como Dave, Bruce, Chad o Kevin, en referencia a los chicos que marcaron sus infancias riéndose de ellos por no ser lo suficientemente masculinos.
La idea detrás de Syro es bastante más pionera de lo que podría parecer. Por mucho que Harry Styles o Jared Leto prueben con los tacones de vez en cuando, la oferta de calzado masculino con tacón es bastante limitada. Tal y como ellos mismos defienden, «los zapatos femeninos en números grandes existen principalmente en tres categorías: firmas de lujo, marcas de objetos fetichistas/sadomasoquistas y las especializadas en drags. El objetivo de Syro es ser pionero en la idea de que los tacones pueden ser una parte normal, cotidiana y casual del vestuario masculino», afirman.
Bae y Han se pasaron la infancia suspirando por los zapatos, las joyas o las prendas que llevaban sus madres o novias y que la sociedad no les permitía ponerse. Con los años empezaron a atreverse a llevar tacones en ocasiones puntuales sometiendo a sus pies a una auténtica tortura al calzarse modelos de horma pensada para las hechuras femeninas. «Aprender a caminar con ellos fue sencillo y me sentí bien desde el principio. El dolor es otra historia. Cuando comencé a usarlos, encogía mis pies dentro de las punteras estrechas de zapatos femeninos que me los hacían polvo», recuerda Han. Así fue como decidieron crear la firma: para satisfacer sus necesidades y las de otros en una situación similar. «Las mujeres pueden usar cualquier tipo de calzado que quieran, pero la oferta masculina se limita a zapatos oxford planos, zapatos brogue, zapatillas de deporte y poco más. Syro nació con la misión de abastecer a un grupo demográfico que es ignorado», reivindican.
También con el propósito de convertir los tacones para hombres en un elemento cotidiano, más allá de ir a una fiesta o sumarse al desfile del Orgullo Gay. Bae y Han los llevan en su día a día («siempre que queden bien con el look», puntualizan) y, a pesar de vivir en una ciudad tan abierta como Nueva York, siguen recibiendo miradas y exponiéndose al escrutinio público y los comentarios innecesarios cada vez que pisan la calle, se sientan en el metro o entran en una tienda. Para ellos los zapatos altos son una parte más en su forma de entender su identidad y reflejarla a través de la moda. Igual de importantes que el maquillaje, las joyas o cualquier otro complemento. «Los llevamos con orgullo», aseguran. «De alguna manera compensan el haber pasado toda la vida intentando ajustarnos a una idea limitada de masculinidad, de la que queremos liberarnos».
Ahora que los tacones son entendidos por muchas mujeres como un invento del patriarcado para ajustar sus cánones a lo antes entendido como sexy y bello, ¿por qué es importante que los hombres puedan llevarlos? «Cuando una mujer se maquilla o se pone un vestido ajustado, algunos argumentarán que está atendiendo a la mirada masculina, mientras que otros dirán que se está expresando tal y como desea. Entendemos por qué hoy en día muchas mujeres no quieren usar tacones y nos parece maravilloso. Pero cuando un hombre usa tacones entran en juego fuerzas y estructuras sociales diferentes. No es que los hombres deban usar tacones. Es más bien que deberían tener la opción de hacerlo si así lo desean», explican.
Los clientes de Syro son principalmente personas que, como ellos, se definen como queer femmes, así como transexuales o aquellos que se identifican como ‘género no conforme’. «La feminidad masculina es un nuevo territorio en nuestra sociedad, con la que se identifican hombres homosexuales. Los heterosexuales no estarán interesados en utilizar zapatos Syro hasta que se produzcan grandes cambios sociales», consideran sus fundadores. Y esos cambios, según demandan ellos mismos, deben empezar dentro de la propia comunidad queer. «En ella todavía se estigmatiza el uso de los tacones. Todos tenemos que trabajar duro si realmente queremos ‘normalizar’ la feminidad», terminan.
En nuestro país Palomo Spain es el mayor representante de la moda femenina para hombres (o más bien de las prendas tradicionalmente relacionadas con las mujeres pero que hoy en día puede llevar quien quiera). El cordobés apuesta en sus campañas y desfiles por chicos que se maquillan, llevan joyas y, por supuesto, tacones. La firma zapatera parisina Arpent Studio está detrás de gran parte de los zapatos que utiliza el diseñador y todo apunta a que seguirán proliferando las enseñas especialistas en este tipo de calzado. Los tacones masculinos fueron símbolo de una determinada clase social, elegancia y distinción siglos atrás. Parece que ha llegado el momento de que representen aceptación, diversidad y libertad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.